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unA ráfaga de cornetín anunciaba el asalto al galope del 7º de Caballería, también conocido como Garry Owen, nombre heredado del título de una canción irlandesa, el más legendario de los regimientos debido a la exaltación del mito desde el cinemascope que inundó el imaginario colectivo de westerns manufacturados en Hollywood. El espíritu de aquel grupo de jinetes azules con sombrero blanco y remates amarillos, algo así como la élite uniformada del ejército a caballo, palpita sobre la final del Mundial de Parejas del Consejo que esta tarde enfrenta a Urkia y Luján con Gaubeka y Beldarrain en el Deportivo de Bilbao (16.30 horas, ETB-1), el templo de la pala. "Es un partido en el que nadie esperará a que el otro falle por las características que tenemos todos. Iremos al ataque, a por ellos", traza sin dudas en el croquis a emplear Esteban Gaubeka, aún herido en el orgullo tras ceder en el Individual frente a Pablo Fusto. "Es que hice el indio".

Una vez autoflagelado, realizado el ejercicio de contrición y de someterse a la autocrítica, el delantero de Armintza, que se aliará con Julen Beldarrain, espera ofrecer su mejor versión, la del voraz competidor que le ha encumbrado en el ático de la disciplina. "Desde luego, no me estoy comiendo tanto la cabeza como en la final del Individual. Entonces fui muy presionado, pensando en que tenía que ganar sí o sí y eso me afectó en el rendimiento", subraya el vizcaino, que pugnará en los cuadros alegres con el alavés Iñigo Urkia. "Inigo es habilidoso y da mucha rosca a la pelota. En cuanto tenga oportunidad se la jugará para hacer el tanto", describe Gaubeka, convencido de que tendrá "que buscar al ancho, moverle para que él no esté cómodo sobre la cancha y jugármela".

Y es que la final, su espina dorsal, llega muy mediatizada por el despliegue de los zagueros, brillantes pegadores ambos, de considerable caballaje, de ronco y sonoro relinche. Tanto Wladimir Luján como Julen Beldarrain fundamentan su juego en la potencia, por lo que "la mejor defensa es el ataque", lanza Esteban Gaubeka, un competidor nato, al que le encanta encenderse ante los grandes retos, al igual que le sucede a zaguero de La Habana. "Luján es un palista muy caliente, que sale muy enchufado desde el principio a los partidos y que le suelta a todas las pelotas, por eso no puedes esperar, quedarte quieto, hay que atacarle para que no imponga su ritmo porque de lo contrario, si mandan ellos, tendremos un problema".

Para ello, cree necesario el armintzarra que su compañero tiene que acertar con el saque, arma afiladísima para perfilar las coordenadas del enfrentamiento bajo cualquier premisa. "Para nosotros es fundamental que Julen saque bien y así tener ventaja sobre el tanto. Es importante, porque de esa manera intentaré apretar a Luján, que no sea él quien mande".

Opina Esteban Gaubeka, "más tranquilo que antes de la final del Individual", que el partido, marcado por el peso de lo trascendente, nada tendrá que ver con el que disputaron durante la liguilla, cuando el armintzarra y Julen se quedaron muy lejos de Urkia y Luján. "En aquella ocasión, nosotros estábamos clasificados pasara lo que pasara para la semifinal y ellos necesitaban ganar, porque si perdían estaban fuera del campeonato. Estoy convencido de que salieron más motivados que nosotros, pero esta vez, seguro que no será así", calcula Gaubeka arengado por el toque de corneta.