Jannik Sinner y Carlos Alcaraz buscan en las Finales ATP de Turín el doble premio en el torneo que clausura el año en el circuito. Está en juego ser considerado maestro, en el caso del italiano por segunda vez consecutiva y en el del murciano la primera, y acabar como número 1 del mundo, posición que ahora mismo ocupa el italiano. Las posibilidades son variadas, pero en esencia necesita repetir título para mantenerse ese puesto. Si Alcaraz gana los tres partidos de la fase de grupos o si llega a la final, volverá a ser líder del ranking mundial. Así está planteada, de momento en la distancia, entre los dos jugadores que dominan el tenis masculino con mucha autoridad. “Te equivocas al pensar que eres el número 1 del mundo. Siempre me considero el número 2 porque siempre hay trabajo por hacer”, comenta Sinner para explicar la mentalidad con la que afronta una cita en la que ese objetivo no depende de él.

Ambos, que no han tenido problemas en compartir entrenamiento en Turín estos días, se han repartido los cuatro Grand Slams y se han llevado trece títulos: cinco Sinner y ocho Alcaraz. Además, acumulan 120 victorias y solo 14 derrotas, a razón de 53-6 el italiano y 67-8 el murciano. En la pista cubierta del Inalpi turinés el pronóstico favorece a Sinner que está invicto en esta superficie este año y viene de ganar el Masters 1000 de París-Bercy en el que Alcaraz cayó en primera ronda. El tenista de El Palmar no suele mostrarse cómodo en los torneos bajo techo porque sus golpes hacen menos daño. En cambio, los tiros planos del tirolés encuentran poca resistencia y su movilidad le permite llevar siempre la iniciativa de los puntos.

Alcaraz ha dejado estos días una reflexión interesante al respecto de su relación con quien es su principal rival: “Quizás a la gente le sorprenda, porque cuando piensan en una rivalidad, cuando piensan en luchar por grandes cosas, luchar por el número 1, creen que tenemos que odiarnos y eso no tiene que ser así”. En lo deportivo, al tenista de El Palmar se le ha visto relajado estos días, sin meterse presión por lo que hay en juego en la pista piamontesa. Aún con algunos problemas en el tobillo, se encargará de abrir ante Alex De Minaur un torneo que también se ha visto afectado por la imposibilidad de muchos deportes de armar un calendario lógico. Llamó la atención que en la fotografía protocolaria del viernes solo aparecieron seis tenistas ya que Novak Djokovic estaba disputando el ATP 250 de Atenas y el octavo participante aún no estaba decidido.

El asunto se desentrañó a media tarde cuando el serbio, que se impuso en el torneo del que es dueño para lograr su título 101 en la ATP y convertirse en el tenista con más títulos en pista dura (72), decidió renunciar por segundo año seguido a participar en las Finales ATP de las que es siete veces ganador. Probablemente, ya no se siente capaz de competir contra Sinner y Alcaraz y prefiera descansar para preparar el próximo Abierto de Australia. Lorenzo Musetti, el derrotado en Atenas, ocupa su plaza en Turín como primer reserva e irá al grupo de Alcaraz que completa Taylor Fritz. Por su parte, Felix Auger-Aliassime jugará en el grupo de Sinner junto a Alexander Zverev y Ben Shelton. Todo este jaleo evitable hace que en las primeras jornadas se juegue un partido de cada grupo, lo que complicará el ajuste del orden juego en cada día a la necesidad de descanso de los jugadores.

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Rybakina, campeona

Elena Rybakina puso colofón a su notable final de año y se impuso en Riad a Aryna Sabalenka (6-3 y 7-6) para convertirse en campeona de las Finales WTA por primera vez en su carrera. La kazaja superó con claridad en el duelo de pegadoras a la bielorrusa, que concluye 2025 como número 1 del mundo. Rybakina es, por su parte, la décima campeona diferente del torneo desde 2014 cuando Serena Williams fue la última jugadora en revalidar el título de maestra.