Decía Carlos Sainz que hasta que no acabara la etapa reina del Dakar ayer no sabría si haber parado de manera voluntaria durante tres minutos el pasado miércoles para salir en buena posición las dos jornadas posteriores habría sido “un error o un acierto”, pero el nuevo líder ya parece tener la solución al enigma. Sainz y su copiloto, Lucas Cruz, acabaron la sexta manga líderes en la general en el día previo a la jornada de descanso, que los de Audi encaran con 20 minutos de ventaja sobre el siguiente rival, el sueco Mattias Ekström, de la misma escudería. Esa enorme diferencia no solo muestra su gran conducción sobre las dunas saudíes, donde terminó segundo, sino también la perfecta ejecución de su estrategia.

Además, Sainz se desquitó del catarí Nasser Al-Attiyah (Prodrive) y de una fallida predicción lanzada por el vigente campeón el primer día. El 3 de enero, recién llegado al primer campamento del Dakar, el catarí explicó a unos cuantos medios que daba “tres días” a los pilotos de Audi y que después se irían “a casa, como ya se vio en Marruecos y Aragón”. Sin embargo, fue el propio Al-Attiyah quien estuvo muy cerca de irse a casa este mismo viernes, pues una avería en el cojinete de la dirección le obligó a estar varado en el desierto durante más de dos horas y media, despidiéndose así de las opciones de pelear por la general en la segunda semana, una pugna que habría sido muy bonita para recordar viejas luchas entre dos rockeros del rally.

Desde Audi idearon el pasado miércoles un plan para encarar la etapa reina de la mejor manera. El objetivo era perder algunos minutos en la quinta etapa para no tener que ser de los primeros en salir a la etapa reina, una crono de 48 horas con más de 600 kilómetros de especial por las dunas saudíes. Era una apuesta atrevida, aunque tenía sentido, porque salir desde atrás tanto jueves como viernes permitiría seguir las huellas de los demás y tener referencias visuales de los pilotos conforme el Audi, un coche mejor que los de delante, fuera superando rivales. No obstante, el hecho de terminar la quinta manga en vigésimo octavo a nueve minutos de Al-Attiyah hizo dudar.

Era bastante tiempo perdido y, además, Al-Attiyah tenía una estrategia totalmente distinta: primero, ganar la quinta etapa y ya luego pensar en cómo rodar por el desierto de dunas. Sin embargo, le salió todo bien el jueves, pues Sainz lideró la prueba y sacó 24 minutos a Al-Attiyah, el gran rival por la general después de que el saudí Yazeed Al Raji, líder hasta ese momento, tuviera que abandonar al volcar en el kilómetro 51.

Las motos, sin dueño

El estadounidense Ricky Brabec (Honda) se convirtió en el nuevo líder en motos al arrebatar el primer puesto al botsuano Ross Branch en la etapa reina, en la que Joan Barreda se vio obligado a abandonar por un problema mecánico.