JOSEBA Iraola (Balmaseda, 1982) tardará mucho tiempo en olvidar el fin de semana pasado. Si es que alguna vez en su vida logra olvidarlo. Y es que el sábado festejó su cumpleaños en la localidad croata de Buzetski dani, dando buena cuenta de una tarta con 41 velas; y el domingo, en el mismo escenario, celebró su primer Campeonato de Europa de Carreras de Montaña. El piloto vizcaino colocó a la escudería Euskal Selekzioa en lo más alto del podio de la categoría E2SC. Lo hizo con su barqueta Nova NP01 Turbo, pero sobre todo, lo hizo con la humildad y la modestia que siempre le han caracterizado. Y así, con la sencillez de quien todavía no es consciente de lo que ha logrado, Iraola atendió ayer lunes a DEIA a bordo de la furgoneta que le trajo de vuelta a casa. Desde Croacia hasta Balmaseda. Este periódico le pilló en la ciudad francesa de Montpellier. Es decir, a poco más de medio camino, pero sin señal alguna de agotamiento. “Al final cuando estás contento, el cansancio se lleva mejor”, afirma el piloto.

Para contestar, utilizó la misma cautela con la que culminó las 9 pruebas que disputó en el Campeonato de Europa, un torneo en el que reconoció haber ido “carrera a carrera”: “Ha sido bastante inteligente por nuestra parte porque no teníamos el presupuesto ni esperábamos estar tan delante. Carrera a carrera hemos ido consiguiendo pleno de podios en todas y, al final, sumando y sumando hemos podido traer el trofeo a casa”. Porque, como bien dice él mismo, Iraola no se ha bajado del podio en toda la temporada, con cinco triunfos (Francia, España, Italia, Suiza y Eslovenia), tres subcampeonatos (Austria, Portugal y República Checa) y un tercer puesto que, precisamente, consiguió en Croacia: “En esa carrera teníamos que sumar un punto para ganar el campeonato así que realmente el objetivo era llegar a meta. El motorista me puso un mapa conservador para no tener ningún problema mecánico, así que no fue un paseo, tampoco fuimos al ritmo al que solemos ir. Realmente ha sido la carrera en la que menos he disfrutado, pero una vez que llegué a meta se me saltaron los lágrimas”, reconoce. En su mente, todo el esfuerzo y todo el tiempo invertido para conseguir un Campeonato de Europa que no esperaba lograr: “Aquí están los mejores, con unos medios increíbles y unos presupuestos altos; así que no te esperas estar tan delante porque hay que ser prudentes y conscientes de las posibilidades de cada uno”.

De esta forma, a pesar de no esperárselo, Iraola fue uno de los favoritos al título desde la primera carrera y mantuvo una espectacular batalla con el checo Petr Trnka que se prolongó hasta la última prueba. Finalmente, el vizcaino se coronó con 197 puntos, por los 179 de su máximo rival, para alzarse campeón continental por primera vez en su carrera y ser protagonista de un nuevo hito del automovilismo vasco. “Ha sido muy bonita la pelea que he tenido con Trnka, siempre hemos estado muy cerca, pero ha sido un pique sano. El sábado de mi cumpleaños vinieron él y su equipo a celebrarlo conmigo, así que ha sido un campeonato muy limpio”, reconoce Iraola.

Con todo, aunque ya desde el trono continental, Iraola admite tener aún “margen de mejora”, sobre todo porque “somos los únicos del campeonato que vamos con una motorización turbo”: “Somos conscientes de que esto nos hace estar en inferioridad, pero para dar el salto haría falta más patrocinio y más ingresos. A lo mejor este título sirve de impulso para, al menos, igualarnos un poco mecánicamente a los demás”. Sin embargo, eso por el momento es todavía una incógnita que tardará en resolverse varios meses. Ahora, lo que sí tiene claro el vizcaino es que la temporada que viene volverá a ser el piloto de la Euskal Selekzioa en el Campeonato de Europa de Montaña. Es decir, volverá a las carreteras continentales para defender el título envuelto en la ikurriña. Aunque, por el momento, su mente solo está en el Campeonato de España, un torneo que tampoco estaba en sus planes pero en el que, sin embargo, ha ganado las tres carreras en las que ha competido.

Haciendo afición

Para Joseba Iraola correr con la escudería Euskal Selekzioa es “todo un orgullo”: “Es muy grande competir con los colores de casa, sentir la calidez de la gente aunque sea desde la distancia porque las pruebas son muy lejos. Hacerlo es un aliciente muy bonito”. Y es que desde que el piloto vizcaino comenzó a despuntar en la categoría E2SC, ha percibido el aumento del interés por su deporte. Ha notado que “la gente se está ilusionando” por una modalidad que, hasta llegar Iraola, muchos desconocían.