Jon Rahm compite de nuevo desde hoy jueves en el Hero World Challenge de Bahamas, el torneo en el que Tiger Woods ejerce de anfitrión y convoca a los mejores golfistas del mundo. Rory McIlroy es la ausencia más destacada en una lista de solo veinte participantes que se jugarán puntos para la clasificación mundial, pero no para el PGA Tour, lo que provoca que jueguen sin demasiada presión. El barrikoztarra ya ganó esta cita en 2019 y fue segundo en 2020 y llega a Albany tras haber ganado dos de los tres últimos torneos que ha disputado, lo que nuevamente le coloca como principal candidato a la victoria. Eso sí, la competencia será enorme con los Scheffler, Morikawa, Spieth, Finau, Fitzpatrick, Kim o Hovland, ganador el año pasado.

El vizcaino compartirá partido hoy jueves con Xander Schauffele, un jugador que está siendo sondeado por el LIV Golf, pero de momento se ha resistido al dinero saudí. Rahm, por el contrario, se ha convertido en uno de los buques insignia del PGA Tour y se ha anunciado que formará parte a partir de 2024, junto a Justin Thomas, de la nueva TGL League, esa iniciativa que mezcla golf real y tecnología en estadios cubiertos, que han puesto en marcha Woods y McIlroy para competir con el proyecto de los petrodólares. “Todo el mundo sabe mi interés por las nuevas tecnologías, así que estoy encantado de formar parte de esta idea innovadora que busca abrir el golf a un público más global”, comenta Jon Rahm.

Tiger no compite

En Bahamas, se esperaba la participación de Tiger Woods, pero ha tenido que renunciar por una fascitis plantar que ha agudizado sus problemas físicos. “Puedo pegar cualquier golpe que quiera en un campo de golf, pero simplemente no puedo caminar”, explica la leyenda californiana, que no ha competido desde The Open y se centra en una recuperación física muy exhaustiva con el objetivo de jugar en 2023 “los cuatro majors y quizás uno o dos torneos más. Es todo lo que ahora mismo me puedo permitir”.