bilbao - Las victorias de Trihas Gebre en las carreras vascas son habituales. Muchas citas le han visto subirse a lo más alto y reinar con grandes exhibiciones. Son muchos los títulos obtenidos, pero a la atleta afincada en Donostia se le resistía una de las pruebas más importantes del calendario vasco, el Cross de Zornotza. Era una pequeña espina. Casi una obsesión. Una carrera que ha perseguido en los últimos años, pero que se le había escapado en el suspiro final. Su segundo puesto en la edición del año pasado era la referencia. Sus piernas todavía recordaron cómo tras mantener el control fue superada en el desenlace. Guardó fuerzas y lo pagó caro. Lección aprendida. Ayer, no hubo la más mínima especulación. Vista centrada en el horizonte y las rivales olvidadas. Gebre contra Gebre. Entrenamiento de calidad y exprimirse al máximo sin pensar en nada más. La corredora de origen etíope aguantó en el grupo hasta el minuto cuatro y ahí se marchó en solitario para sumar la victoria con holgura. Fue la gran triunfadora junto al ugandés Timoty Toroitich, que se llevó la cita masculina.

A Gebre se le define como una corredora valiente, alocada en ocasiones. Lo suyo es la anarquía. Olvidarse de estrategias y tirar con fuerza hasta reventar. Una manera de correr tremendamente arriesgada y que a veces pasa factura en el momento menos esperado. Pero sin esa relación constante con la extenuación ni la convivencia continua con la temeridad, Gebre no sería Gebre. Ese es su estilo y es innegociable. En Amorebieta amenazó con tomarse la prueba con calma, esperar al momento indicado para lanzar el ataque demoledor. Y así fue. Sin embargo, ese momento mágico puede ser cualquiera en la mente de la donostiarra y ayer fue en el segundo kilómetro, con muchísima carrera por delante. Su cambio de ritmo fue durísimo y solamente la marroquí Kaoutar Boulaid pudo aguantar su estela.

El circuito de Jauregibarria no presentó sus mejores galas. La lluvia caída los días anteriores y las carreras disputadas con anterioridad dibujaron un escenario difícil. Mucho barro y complicaciones tremendas para poder correr con soltura. Aunque Gebre se movió ajena a todo esto. Su habitual zancada larga pareció hasta demasiado amplia para el terreno por el que iba y corrió sin mostrar ninguna muestra de incomodidad. Su ritmo también fue constante y ni cuando destrozó la carrera decidió aminorarlo. Fue una bendición para ella y una tortura para Boulaid. La marroquí se la jugó a aguantar pegada a la líder, pero su apuesta fue muy ambiciosa y terminó por salir cruz. Boulaid reventó completamente al siguiente kilómetro y no solo quedó sin opciones de pelear por la victoria, se hundió en la clasificación. Destrozada por el ritmo de la más rápida.

Gebre se quedó sola. Sin ninguna rival en las inmediaciones. Era el momento de especular y controlar la distancia. Dosificar esfuerzos para no reventar víctima de ellos. Pero la atleta con licencia vasca decidió olvidarse de todo lo que era correr y tirar de pulmón antes de especular. Maitetxu mantuvo su ritmo demoledor, muy superior al de cualquiera de sus rivales y ganó el Cross de Zornotza con una diferencia casi sonrojante. En segundo lugar llegó Beth Muthoni a 44 segundos y tercera fue Nuria Lugueros a 59.

TOROITICH, SIN RIVAL En la categoría masculina, por otra parte, Toroitich confirmó su favoritismo y se llevó la victoria con comodidad. El ugandés volvió a Amorebieta tras cuatro años de ausencia y repitió la misma historia. Esta vez, el terreno embarrado tampoco le frenó y tras un duro cambio de ritmo se hizo con la txapela por delante del keniano Amos Kirui y el marroquí nacionalizado español Ilias Fifa.

El primero en atacar fue el marroquí Chakid Lachgar. Este atleta, con un ranking mucho menor que los principales favoritos a hacerse con el triunfo final, se desmarcó en solitario desde el metro uno. Su cambio de ritmo le dejó en solitario desde las primeras curvas y realizó el primer kilómetro coqueteando con bajar de la barrera de los tres minutos. Un ritmo muy rápido, pero al mismo tiempo prácticamente imposible de sostener. Fue su momento de gloria antes de que la caballería entrara en acción. Lachgar apretó los dientes y nunca se rindió, su esfuerzo le sirvió para mantener el liderato hasta el cuarto kilómetro, pero ahí los favoritos apretaron con todo, la esperanza de la victoria épica murió y le dejaron clavado en el barro zornotzarra.

Toroitich y Kirui se jugaron la victoria. Ambos atletas protagonizaron un interesante duelo con cambios de ritmo frenéticos que sirvieron para ganarse el aplauso del público y para descartar definitivamente a cualquier rival que tuviera la esperanza de meterse en la pelea de estos dos colosos. Al final, la experiencia de Toroitich fue decisiva y abrió un hueco de nueve segundos que ya fue imposible de ser recortado.

1. Timoty Totoitich 36:27

2. Amos Kirui a 9”

3. Ilias Fifa a 42”

4. Ayad Landassem a 43”

5. Javi García del Barrio a 47”

1. Trihas Gebre 33:39

2. Beth Muthoni a 44”

3. Nuria Lugueros a 59”

4. Maitane Melero a 1:25

5. Samira Ahbouche a 1:28