bilbao - Andreu Casadevall pensaba que quizás le iba a tocar pasar un año sabático cuando su tercer ascenso consecutivo con el Burgos no pudo ser tampoco consumado. Estaba entrenando a un cadete en Lliria y le llamaron para dirigir el nuevo proyecto del CB Miraflores en la LEB. Pero la oportunidad de volver a la ACB le llegó al técnico catalán a finales de noviembre cuando el CAI Zaragoza confió en él en busca de una reacción tras ganar solo un partido en siete jornadas.

¿Cómo están siendo estas primeras semanas al frente del CAI?

-Estamos trabajando duro. Hemos podido reaccionar y mejorar en algunas cosas, sobre todo en defensa, pero aún nos queda mucho trabajo por recorrer. El equipo tiene un buen potencial y poco a poco tenemos que conseguir que aflore sacando lo mejor de cada uno de los jugadores.

En este proceso, estar en competición europea ¿ayuda o estorba?

-Cuando estás abajo, ayuda poco porque lo que necesitas es limpiar la mente de los jugadores, trabajar para introducir cosas y si juegas en Europa es más difícil. Pero con todo estoy satisfecho porque poco a poco estamos logrando salir de la parte baja.

¿Ha tenido que cambiar mucho su filosofía para adaptarse al CAI?

-Tienes que hacer de todo un poco. No puedes cambiar todo de golpe por falta de tiempo ya que hay que preparar los partidos. Evidentemente, me he tenido que adaptar a lo que había y he introducido también algunas cosas que podían ayudar al equipo. Esto no significa que el proceso esté acabado porque aún podemos meter más cosas. Hay que hacer una mezcla de todo porque el tiempo apremia.

Hace más de una década que no entrenaba en la ACB. ¿Ha notado muchos cambios en el juego respecto a la LEB?

-Hay muchas diferencias, empezando por el físico y la calidad de los jugadores. También hay más variedad táctica en la Liga Endesa. Los entrenadores estamos para adaptarnos y, en mi caso, para disfrutar de dos competiciones, de preparar los partidos que es lo que de verdad nos gusta.

Esa capacidad de adaptación en su caso es evidente. Empezó la pretemporada con un equipo cadete.

-Fueron las circunstancias. Tener tres ascensos seguidos sin recompensa es muy duro. Yo lo tomé deportivamente, como se debe tomar, porque asumo que lo que se gana en la cancha hay que ganarlo también en los despachos. Pero siempre he dicho que soy entrenador, al margen de la categoría. De pensar que podía haber tenido un año sabático, vuelvo a estar en la élite. Por eso, no puedes pensar que todo está acabado. Al final, las cosas van saliendo.

Esa llamada del CAI fue esa recompensa, casi un acto de justicia.

-La recibí con ilusión y alegría. Hay muchos entrenadores que no están en la ACB y tienen mucha capacidad, pero a veces no están en el momento adecuado en el sitio adecuado. No me arrepiento de nada porque al menos he podido seguir trabajando en esta profesión.

Estuvo ocho años en Burgos, algo que no es común en estos tiempos.

-Es muy difícil, y más en un lugar como Burgos. Los resultados son los que nos hacen durar. Vi crecer al club y al equipo, cada año con plantillas nuevas. Esa oportunidad de seguir año tras año se agradece mucho.

¿Y cuánto pierde esta ACB por no acoger a ciudades como Burgos o otras que no han podido ascender?

-Bueno, hay que dar paso a proyectos que puedan ser solventes. Una cosa es que se disponga o no del dinero para estar y que es algo que entiendo porque otros clubes ya lo han depositado, pero también es verdad que hay clubes que quizás no pueden pagar ese canon, pero sí pueden mantenerse con un presupuesto digno y sin deudas. Hay que buscar un equilibrio para no privar de esa posibilidad a los equipos que se la ganan.

Esta situación, extrapolable a Europa, no es buena para el baloncesto.

-Todo lo cerrado es malo. Tiene que haber competitividad en el juego y en el mercado porque es lo que le hace interesante para la afición. Lo contrario es perjudicial.

¿Es Zaragoza una plaza tan exigente como parece?

-La exigencia es igual en Zaragoza, en Fuenlabrada, en Bilbao o en cualquier sitio porque la presión nos la ponemos los entrenadores. Aquí se ha hecho un equipo, a priori, para estar en la Copa, en el play-off y pasar rondas en Europa. Ahora estamos en intentar corregir el rumbo para poder ver las cosas con más optimismo.

Es la primera vez que se va a enfrentar al Bilbao Basket. ¿Qué le parece el proyecto desde la distancia?

-Ha ido creciendo poco a poco, siempre con buenas plantillas y una gran afición, de las mejores de la liga. A pesar de los problemas económicos han sabido resurgir de la mano de Sito Alonso y esta temporada tienen también un equipo muy competitivo.