BILBAO ? Pequeña, estrecha y diminuta. Lagigantesca Gran Vía bilbaina, arteria principalde la capital vizcaina, empequeñecióante el goteo constante de personas que abarrotabanlas calle anexas para llegar a la salidade la Herri Krosa. La tradicional citadeportiva es un reclamo ineludible paramiles de vizcainos que ayer volvieron ademostrar su compromiso con esta carrera.

Desde la diez de la mañana, una horaantes de la salida, personas con atuendosdeportivos y zapatillas se fueron dejando verpor este vial principal de Bilbao. Y, a medidaque se acercaba la hora ?11.00 horas? losrunners copaban cada vez más las calles dela ciudad. “No nos perdemos ninguna edición.Es una tradición y una buena excusapara ponerse en forma”, comentaban loscorredores, algunos en cuadrilla o en familia,llegados de diferentes puntos del TerritorioHistórico, con algunas excepciones.

“Vengo de Burgos pero no corriendo”, bromeóJosemi, mientras apuraba los últimosestiramientos previos al ejercicio físico.Buen ambiente y muchas bromas. Piquescompetitivos entre amigos que se resolvierona la llegada a meta. Y es que era elmomento de demostrar verdaderamentetodos aquellos órdagos lanzados en formade fanfarronada. “Entre los amigos hacemosapuestas y ahora ha llegado el momento dedemostrarlo”, comentó Gaizka, acompañadode su cuadrilla. Muchas esperanzas puestaspuestas antes del pistoletazo de salida yun punto de encuentro para acabar la jornada:la línea de meta. “Después de la carrerahemos quedado para tomar algo, quepara eso hemos madrugado para hacerdeporte un domingo”, bromeó Iñaki, muymotivado antes de correr.