La fotografía es de julio 2015 en el aeropuerto de Maiquetía en Caracas. Formábamos parte de un Intergrupo de Derechos Humanos del Senado. Se habían anunciado elecciones legislativas en Venezuela para el 6 de diciembre y en aquel viaje queríamos entrevistarnos con el presidente de la Asamblea Nacional, con la Fiscal General, así como con la Presidenta del Consejo Nacional Electoral, y el Defensor del Pueblo. Ninguno de ellos nos recibió siendo una delegación formada por Ander Gil del PSOE, que posteriormente fue presidente del Senado, Dionisio García Carnero del PP, Josep Maldonado de CIU, y quien esto firma. En el aeropuerto nos recibieron Mitzy de Ledezma, esposa del alcalde de Caracas, Lilian Tintori, esposa del dirigente encarcelado Leopoldo López y María Corinna Machado, valiente diputada opositora. María Corinna es quien está a la derecha de la fotografía. Una auténtica líder a la que nunca le han arredrado todas las dificultades y extorsiones sufridas superando auténticas piedras en el camino que le ha ido poniendo el régimen llegando incluso a inhabilitarla para que no se llevara ella el arrollador triunfo que, si las elecciones son libres y verificables, hubiera obtenido este próximo domingo 28 de julio en toda Venezuela.

El embajador de España nos comentó que la semana anterior había visitado el país una delegación de representantes brasileños a los que una turba chavista había hecho volcar la furgoneta. ¡Glup!, nos dijimos, pero para nuestra sorpresa el trato del régimen en cuanto a seguridad fue exquisito. Seis motoristas nos rodearon el vehículo la semana que allí estuvimos no teniendo el menor incidente. Parecía el séquito de Obama. Sin embargo, no pudimos visitar en su detención al alcalde de San Cristóbal, Daniel Ceballos, preso en el Helicoide. Dos horas bajo el sol estuvimos en la puerta, con su esposa, sin que nos dieran razón alguna. Lo mismo nos ocurrió ante las puertas de la prisión de Ramo Verde, junto a su esposa Lilian Tintori, donde le habían encerrado arbitrariamente al líder opositor Leopoldo López. Solo logramos mantener una reunión en su casa de Baruta con el alcalde de Caracas Antonio Ledezma, al que habían detenido y se encontraba en prisión domiciliaria. Llegamos a las cuatro de la tarde y nos dejaron entrar a las seis y veinte. Y allí estuvimos con él por espacio de una hora. 

Afortunadamente pudimos conversar con familiares de los numerosos presos políticos, así como con el presidente de la Conferencia Episcopal venezolana Monseñor Padrón, expertos electorales, rector de la Universidad, activistas de derechos humanos, políticos de todos los partidos opositores, el P. Luis Ugalde, personalidad de referencia en Venezuela, miembros de la colectividad vasca, y varios diplomáticos. Se vivían momentos de esperanza ya que cinco meses después se iban a celebrar unas elecciones legislativas y se intuía una gran victoria de la oposición, como así fue. Dos tercios del voto fue para ella y el propio Maduro, sorprendido dijo la noche electoral que “lo tomamos como una bofetada para despertar” y ¡vaya como despertaron! El presidente de aquella Asamblea con mayoría opositora fue Juan Guaidó, que fue reconocido posteriormente como presidente encargado de Venezuela al no reconocer la comunidad democrática internacional el pucherazo que dio posteriormente Nicolás Maduro. Cincuenta países, toda la UE, los Estados Unidos y la mayoría de los de América Latina, le reconocieron, aunque Pedro Sánchez, seguramente por presión de Rodríguez Zapatero no le recibió.

¿Y qué hizo el régimen ante aquella Asamblea Nacional de mayoría opositora? Sacarse de la manga una Asamblea Constituyente en 2017 para redactar una nueva Constitución con poderes plenipotenciarios y de esta manera anular la legítima Asamblea Nacional a la que condenó a la inanidad y a la persecución. Ante semejante panorama y gracias al hercúleo trabajo de María Corinna Machado y a un rayo de sensatez de una oposición que ha terminado por unirse apostando por aprovechar los resquicios y el desgaste del régimen, el candidato Edmundo González Urrutia, alter ego de María Corinna, puede arrasar el 28.

Esta pareja, diputada ella y diplomático él, ha tomado la calle. El régimen les ha impedido hacer campaña a través de ningún medio y ante semejante arbitrariedad toda la movilización la han logrado a través de las redes sociales. Les castigan a los hoteles, bares y casa que les acogen, detienen a su jefe de seguridad, pero ante esa evidencia, el pueblo llano ha reaccionado y ha descubierto su inmensa fuerza haciéndose presente en la calle con mayor fuerza que el Orinoco y Amazonas juntos. Han descubierto el impacto de la multitud y lo que supone de desafío a la autoridad, en recorridos que retan frontalmente a un régimen que le agrede, pero, a pesar de todas las penalidades no deja de sonreír y rodearse de gente que ríe, llora, grita o está triste/ilusionada en un mismo segundo y cuando sube a la tarima le dice a la gente que estamos en un momento difícil, que hemos pasado por mucho, pero no estamos solos y debemos volver a ser productivos. En paralelo no es antipolítica. No es una outsider. No tiene un discurso radical, ni de venganza, ni mucho menos populista. Es la candidata inhabilitada que apoya a Edmundo González Urrutia y es la líder de una oposición que la eligió con más del 90% de los votos. Lidera la oposición y denuncia y apoya a las víctimas de múltiples violaciones de derechos humanos pero no se victimiza y los dos han ido sobreviviendo a los ruidos y trampas de otros opositores que intentan dinamitarlos, aislar al candidato, tomar por asalto el comando de campaña y sembrar de bulos todo lo que les atañe.

Hace dos semanas hablé con el P. Luis Ugalde, que estaba en Bergara con su familia pasando unas semanas y cogiendo fuerzas. Le había llamado María Corinna para integrarlo en su comando de decisiones. Quieren una transición sin odios, persecuciones, ni retaliaciones por lo mucho sufrido y el bergarés me hablaba de hacerlo mirando al futuro, pero asegurando las bases democráticas del sistema. Por algo la líder confía en él. Hace dos años, la Fundación Sabino Arana reconoció su importante trabajo.

La indignidad de Zapatero

Los opositores democráticos en Venezuela adversan con rabia el blanqueamiento que ha hecho estos años el ex presidente español Rodríguez Zapatero. Nunca ha sido mediador de nada, sino un usufructuador de las prebendas del régimen, porque para mediar han de admitirte las dos partes, pero si te parcializas con una, en este caso el poder absoluto del chavismo, no eres un mediador sino un instrumento más del régimen, como lo ha sido sin el menor rubor.

Siendo presidente del gobierno español Zapatero y Miguel Ángel Moratinos, ministro de Asuntos Exteriores, nombraron embajador en Caracas a Raúl Morodo, un auténtico desalmado de la política que ha acabado él y su hijo y su nuera incursos en procesos de corrupción. No solo por defraudar a Hacienda blanqueando con sociedades el dinero de las ganancias obtenidas de sus negocios con la petrolera estatal PDVSA y pidiendo la fiscalía tres años y medio de cárcel para el antiguo diplomático que nos hizo además la vida imposible. Toda la labor opositora democrática en favor de la libertad de expresión, de la situación de los encarcelados, de la increíble cifra de siete millones de emigrantes que huían del país por hambre, inseguridad, persecución, falta de horizonte nos la eliminaba, tergiversaba, anulaba. Siempre en el caso de Venezuela se ha comportado como un amigo del chavismo y con él no hemos logrado ni una mísera gestión para sacar de la cárcel a ningún encarcelado. Su discurso en España en favor de la democracia nada tiene que ver con sus acciones en Venezuela avalando todo tipo de desmanes. Y seguramente detrás del caso Ábalos se encuentre el ex presidente.

Un día, tuve un encontronazo con él en Barcelona que me ilustró sobre su talante y no precisamente ingenuo de aquel Bambi sino de un auténtico lobo. Su acción ha sido toda una desgracia para la oposición venezolana. Ni una sola gestión llamativa para que los jubilados cobren su pensión y los encarcelados salgan de la cárcel. Y eso no se lo van a perdonar nunca y menos la colectividad vasca que sufrió en carne propia el golpe de estado contra el legítimo gobierno de Carlos Andrés Pérez en 1992. En él murió, producto de una ráfaga de los alzados, Gaizka Etxearte, hijo de quien fuera el Delegado del Gobierno Vasco en Caracas, Domeka Etxearte. Un crimen sin investigar ni reconocer. Y ese hecho sigue estando ahí.

Bien es verdad que en las elecciones, las últimas democráticas de 1998, ante el deterioro endogámico de los partidos del sistema, Acción Democrática y Copei, ganó en buena lid el militar golpista Hugo Chávez, pero engañando al personal. Fueron años de bonanza en los que el petróleo, pasó de diez dólares por barril a más de cien y toda esa inmensa entrada de divisas, en lugar de diversificar la economía, apostar por un crecimiento sostenible, poner como prioridad la educación y la investigación, todo ese inmenso dineral acabó en la corrupción, en matar al Bolívar por el dólar, en aventuras de dádivas a países amigos de su sistema bolivariano, en el derroche más obsceno, en no cuidar la industria petrolera que bajó su producción a menos de la mitad, a no pagar las pensiones de los jubilados, al gracioso “¡exprópiese!”, que mató la empresa privada y fundamentalmente a dejarse colonizar, policial y económicamente por el régimen cubano, que lo controla absolutamente todo y que este próximo domingo con ayuda de los militares instalados hará lo imposible por no reconocer el resultado electoral, aunque si el pueblo en la calle, de manera abrumadora lo demanda, pondrá todos los palos en la rueda para que no haya una transición democrática. Son 25 años de satrapía y de corrupción que hasta Petro en Colombia, Boric en Chile y Lula en Brasil, así como Mugica en Uruguay, denuncian y le piden a Maduro que reconozca la evidencia y acepte los resultados.

Me llama la atención que la FAPE (Federación de Asociaciones de Periodistas de España) haya condenado las distintas manifestaciones de Nicolás Maduro contra la libertad de expresión. “La Fape observa con preocupación cómo el acoso contra los medios de comunicación en Venezuela se ha incrementado con motivo de la actual campaña electoral presidencial y considera inadmisible que el candidato a la reelección utilice los actos electorales para proseguir con sus agresiones contra periodistas y medios. La prensa libre venezolana soporta no solo sus continuados ataques verbales sino también la censura, el hostigamiento y la intimidación por parte de un régimen que ha llevado al encarcelamiento de periodistas y al cierre continuado de medios de comunicación en Venezuela”. Frente a este rotundo comunicado se produce el silencio más estruendoso de la Asociación Vasca de Periodistas que al parecer la libertad de expresión en un país tan cercano como Venezuela y con periodistas vascos perseguidos, calla como si fueran seguidores de Zapatero y como si no fuera con ellos.

Termino. El domingo 28 en Euzkadi sumando a Cantabria y la Rioja votaremos 1.280 electores, a pesar de que se estiman en más de 50.000 los venezolanos residentes en esta área del Consulado, a la mayoría de los cuales se les ha cercenado su derecho constitucional para votar, debido a arbitrarias reglamentaciones del Consejo Nacional Electoral. No obstante, la Sra. Cónsul y el Consulado han tenido una actuación profesional facilitando la infraestructura electoral y atendiendo las peticiones que se le han formulado. Confiemos todo vaya bien en beneficio de la democracia y libertad en Venezuela, asimismo extensión americana del país de los vascos.