El pasado 13 de enero Pello Otxandiano, recién elegido candidato a lehendakari por parte de Bildu, tras criticar la “falta de ambición del PNV”, formuló la siguiente pregunta: “¿Queremos que este país siga perdido en la inercia o vamos a emprender una regeneración política?”.

El Sr. Otxandiano puede formular esta o las preguntas que desee, aunque su historial no le avale. Lástima que sus mentores no se la hicieran al inicio de la transición de la dictadura a la democracia porque todo hubiera sido más fácil y más humano. Viviríamos muchísimo mejor, por lo que creo de sumo interés, reivindicar lo mucho hecho por las opciones institucionales que nos encontramos en 1977 un país destrozado por cuarenta años de persecución, pobreza, dejación absoluta institucional bajo el estigma de “provincias traidoras”, falta absoluta de inversión, deterioro generalizado, asesinatos en la calle y viviendo al día. Como se ve, la llamada derecha vascongada no tiene mucho de lo que enorgullecerse, ni tampoco los que nos acusan de decadentes.

Por esta razón y con motivo del cuarenta aniversario de las inundaciones de 1983, escribí en DEIA un artículo al que titulé “Nunca más estaremos con el agua al cuello”. El presidente de la Delegación de Bizkaia del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro, Asier Benavides, lo leyó y se puso en contacto conmigo por si estaba de acuerdo en explicar lo ocurrido en su colegio, así como contar una breve historia de lo hecho en materia hidráulica en estos últimos años. Se trataba de explicar asimismo cómo nos preparamos ante el fenómeno del cambio climático que tenemos ya llamando a la puerta.

El colegio habló asimismo con Pedro Barreiro, director gerente del Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia y los dos abordamos este asunto en conferencia dada el 14 de diciembre de 2023 en la Delegación en Bizkaia del COAVN.

Estando en el Colegio de Arquitectos, era obligado hablar por ejemplo de un viaje que hizo en enero de 1979 el candidato a la alcaldía de Bilbao, Jon Castañares, a Londres, acompañado de Maren Leizaola, exviceconsejero de Medio Ambiente; José Miguel Abando, exviceconsejero de Urbanismo e Iñaki Zubizarreta, arquitecto, para mandar ya al inicio de todo este camino y muy previsoramente un mensaje muy claro. La ría es una cloaca navegable donde se vierten todos los residuos e inmundicias ciudadanas y eso ha de acabar y ante eso tomemos el ejemplo del Támesis. Y así fue. Ibon Areso, compañero de José Miguel Abando, asentía con la cabeza. Son las personas las que hacen las cosas y no los programas expuestos en pizarra. La fotografía es de su salida de Sondika.

En la conferencia detallamos lo ocurrido en las inundaciones de 1983 donde 34 personas resultaron muertas y 5 desaparecidas; donde las pérdidas materiales se valoraron en 200.000 millones de pesetas; donde se vieron afectados 105 municipios; donde más de 5.000 voluntarios, Ertzaintza, ejército, policías, bomberos, etc., trabajaron a destajo dándolo todo; donde nos quedamos sin agua, sin energía eléctrica e incomunicados; donde las únicas noticias se recibían a través de las radios pues no había otras comunicaciones, pero gracias al magnífico trabajo de nuestras instituciones pudimos superarlo.

Sufrimos en carne propia los inmensos agujeros del país que nos habían dejado y comenzamos a organizar y montar instrumentos para hacer frente a lo que nos vino que fue de forma inmediata la sequía de 1989-1990. Con esas dos experiencias pusimos en marcha el Plan Integral de Prevención de Inundaciones 1992, el Plan Europa 93 (1989 -1992), el Fondo de reactivación económica y de empleo (FREE 1993-1994), la Transferencia de aguas (1980-1994) -lograda tras 14 años de duras negociaciones y que sin un grupo parlamentario en Madrid, como fue el Grupo vasco no hubiese sido posible-, la creación de un único órgano de gestión de aguas en Bizkaia a través de la transformación del Consorcio de Aguas del Gran Bilbao en Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia, 1997, las obras de abastecimiento y saneamiento realizadas durante todos estos años, con la colaboración de los ciudadanos que forman parte de estos órganos de gestión y que nos permite decir con orgullo que tenemos unas infraestructuras modélicas y que estamos bien preparados para abordar nuevos retos.

Es un trabajo que no se ve, pero que a raíz de 1979 llevamos haciendo. Es una lástima que estas conducciones e infraestructuras hidráulicas, obras vitales pero la mayoría están bajo tierra, se ven poco y eso permite decir a algunos eso de la inercia. Por eso destaco lo dicho por el lehendakari Urkullu en el reciente acto de DEIA: “Quien afirma que todo es posible juega con nuestra sociedad y quien promete sin límite mantiene una actitud irresponsable y egoísta”.

El decano del Colegio de Arquitectos Vasco Navarro, José María González Pinto, tuvo el detalle de venir a la conferencia con una corbata muy bonita con el sello de Bilbao, que le había regalado José Luis Robles, alcalde de Bilbao, en agradecimiento a la magnífica colaboración del Colegio de Arquitectos en el estudio de las estructuras de los edificios del Casco Histórico de Bilbao. Tras las inundaciones. Asimismo, se encontraban entre los asistentes Josu Bergara Etxebarria, Emilio Olabarria, Manuel Fernández Gómez, Mikel Arieta-Araunabeña, Álvaro San Cristóbal, Jaime Santafé, Kepa Odriozola y muchos más. Y es que este es un asunto que interesa. Y que marca la diferencia entre prometer y hacer.

Vienen tiempos de explicación de lo hecho, de contraste entre modelos, de decir cómo se paga lo que se promete, de hablar mucho de Europa y de no achantarse ante esa falsa e injusta afirmación de que vivimos en la inercia y queriendo mantener la situación actual. Estos son los debates que creo afectan e interesan a la ciudadanía y donde puede verse, más allá de la demagogia, lo que prometen unos y otros y lo que avalan las palabras.

Vuelvo al título. Si no reivindicamos lo mucho hecho y lo muchísimo por hacer daremos pie a que los profetas de la nada”, entre la decadencia o la ambición” como predican, se hagan cargo de la decadencia. Por eso no hay que dejar pasar una.