AS mujeres y hombres de Eusko Alkartasuna han participado intensamente en la vida política de este país, tomando parte activa en los grandes hitos de la reciente historia de Euskal Herria. Con esa vocación de continuar incidiendo directamente en la política, fuimos protagonistas en el año 2011 de la conformación de Bildu, una coalición estratégica de varios partidos (IA, EA y Alternatiba) que buscaban, desde el respeto mutuo, el trabajo en común en aquello que les unía.

En junio de 2017 celebramos en Donostia el congreso ordinario de EA; existían diferentes puntos de vista sobre cómo debía ser la participación de EA en EH Bildu. Unos defendían la idea de articular la coalición entorno a unas estructuras de partido único, donde los partidos que la componían perdían peso en favor del nuevo sujeto político mientras que otros considerábamos que EH Bildu debía continuar siendo una coalición de partidos para preservar precisamente las diferentes ideologías de las familias políticas existentes en el seno de dicha coalición, que son las que aportan una pluralidad atractiva y visualizable, lejos de la uniformización en torno a la fuerza mayoritaria de la alianza.

Lo cierto es que en aquel congreso, en el que existió una gran confrontación entre nosotros, conseguimos llegar a un importante acuerdo en la ponencia política, apoyado por el 80% de los congresistas y que debía marcar la línea de trabajo del partido durante los siguientes cuatro años. Desgraciadamente, todo ese trabajo de diálogo, todo ese trabajo de consenso, lo han convertido en papel mojado.

Traigo todo esto a colación para poner como ejemplo otro hecho acaecido más recientemente y que evidencia la inacción de la dirección de Eusko Alkartasuna, tanto en el fomento de la participación interna de sus órganos y militancia como en su labor de ser un agente proactivo en EH Bildu. Sólo un ejemplo de los muchos que tenemos en el día a día, permanentemente, de una dejación de aportación política de Eusko Alkartasuna a EH Bildu; lo cual, insisto, no le hace sino un flaco favor al conjunto de la coalición.

Recientemente, se ha elaborado el Plan Político 2020-2021 de la coalición, que muy probablemente sea aprobado en la asamblea general que EH Bildu celebra mañana sábado; importante documento ya que marca las lineas de trabajo durante este curso, que es congresual también para EH Bildu. La Mesa Política Nacional de EH Bildu, en la que EA tiene a su máxima responsable, recibió un documento inicial para que sus miembros realizasen las aportaciones oportunas. La representante de EA trasladó por email dicho documento a los miembros de su Ejecutiva Nacional, dando únicamente 24 horas para realizar las sugerencias oportunas y obviando, a pesar de haber sido solicitada por escrito por varios de sus miembros, la necesaria convocatoria de una Ejecutiva Nacional urgente para realizar un debate y tomar una decisión final sobre las aportaciones que Eusko Alkartasuna debería presentar en la Mesa Política Nacional de EH Bildu, tal y como indica la ponencia política congresual apoyada por una amplia mayoría.

Aun así, tras un duro trabajo a contrarreloj, los coordinadores de Araba, Nafarroa y Gipuzkoa presentamos en plazo, a los nueve integrantes de la Ejecutiva Nacional, las aportaciones al documento del Plan Político 2020-2021. Recibimos respuesta por email mediante escrito de cuatro miembros de dicha Ejecutiva (sin reunión alguna del órgano del partido) en el que rechazaban nuestras aportaciones por no tener un formato de enmienda e indicaban que tendríamos oportunidad de realizar nuestras aportaciones de modo particular en el seno de EH Bildu.

Nadie más de la Ejecutiva Nacional de EA presentó propuestas a este importante documento y el Plan Político de EH Bildu para el 2020-2021 recibió el visto bueno de la Mesa Política Nacional de la coalición sin que Eusko Alkartasuna haya tenido un debate interno ni definido una posición.

Al inicio de este articulo comentaba que una de las maneras de que algo termine desapareciendo es dejando que se pudra. El caso que he expuesto es uno más de los que evidencian la inacción y la pasividad de la dirección de EA, que demuestra palmariamente una y otra vez aquello que trata de negar de boquilla: se busca de manera intencionada y con malas artes la disolución política de Eusko Alkartasuna en favor de un nuevo sujeto político único.

Es totalmente necesario dar en Eusko Alkartasuna un golpe de timón que recupere el pulso político perdido y que haga que como partido podamos colaborar proactivamente en la coalición para dar desde la socialdemocracia un mayor impulso al necesario proyecto de Euskal Herria Bildu.

* Coordinador territorial de Eusko Alkartasuna en Gipuzkoa