Persistencia
EL todavía ministro de Interior español Jorge Fernández Díaz rizaba el rizo al relacionar, reiteradamente, el yihadismo con la fundación Nuevos Catalanes, de Convergència (CDC) que agrupa inmigrantes de las más diversas procedencias, incluidos musulmanes, partidarios y propagandistas del proceso independentista. Desaparecida la violencia de ETA, ya no puede establecer concomitancias no menos irreales como las que se hicieron antes con aquella organización, entre otros por la ahora desesperada Rosa Díez.
Los órganos del Estado continúan con sus medidas contra el soberanismo. Han añadido una nueva acusación de desobediencia, ahora con petición de cárcel, contra el president Mas y la vicepresidenta Ortega por la celebración de la consulta alternativa del 9-N. El Gobierno Rajoy ha iniciado los trámites para anular el nombramiento del ex vicepresidente del Constitucional (TC), Carles Viver Pí-Sunyer como nuevo comisionado para la transición nacional en el seno del ejecutivo de la Generalitat y, por supuesto, ha recurrido al TC la ley catalana de acción exterior, que establecía mecanismos para difundir y defender el proceso en el ámbito internacional, además de promocionar la imagen y los intereses económicos catalanes.
Después de la redada más reciente contra el extremismo islámico en el Principat, Josep Lluís Trapero, el comisario-jefe de los Mossos se quejaba porque “algunas informaciones relevantes” para Catalunya, llegadas de Europa, no se trasmiten a la policía autonómica que, por otra parte, tampoco tiene acceso directo a Europol ni a Interpol y es porque, según Trapero, las fuerzas de seguridad del Estado se reservan con el máximo celo “todo lo que huela a internacional”. Nada nuevo, y en perfecta concordancia con la actitud del titular de Exteriores, García Margallo.
Contra el pressing en todo el terreno, los movimientos soberanistas catalanes insisten, también todos, de los gobernantes a la sociedad civil, en sus movimientos. Recientemente, con dos logros, menores pero significativos y novedosos en el exterior. La danesa Alianza roja-verde, que apoya al gobierno del país en el parlamento, ha dirigido una pregunta en el legislativo al ministro competente, Martin Lidegaard sobre “cómo pedirá el gobierno danés que se respete el derecho de autodeterminación en relación con la amplia mayoría del parlamento catalán, el gobierno catalán y la sociedad catalana” que pide la celebración de un referéndum sobre la independencia de Catalunya.
El grupo de la Libre Alianza Europea en la cámara de Estrasburgo también ha publicado una declaración a favor del ejercicio del mismo derecho por los catalanes. Se dirá que son grupos minoritarios, sin poder efectivo en sus respectivos ámbitos, como el de Izquierda Unida en las Cortes -de Madrid- que también se alineó a favor del libre pronunciamiento de los catalanes sobre su futuro. Pero dice el refrán que comer y rascar todo es empezar.
Mientras, el movimiento de las entidades sociales encabezadas por la Asamblea Nacional (ANC) ha elaborado su propia hoja de ruta para los meses inmediatos. Primero, el acto del pasado viernes en el Palau Sant Jordi a favor de las candidaturas soberanistas en las municipales de mayo. Para la Diada, el 11 de septiembre, una nueva convocatoria multitudinaria en Barcelona para llenar la avenida Meridiana, el eje vertical de la ciudad, a la manera de la V del año pasado. Una fiesta nacional que coincidirá con el inicio de la campaña para los comicios plebiscitarios del 27 del mismo mes.
En el ámbito político, mientras la CUP acerca posiciones para influir en la hoja de ruta consensuada por CDC y Esquerra (ERC) y sumarse, en junio ha de llegar la decisión de Unió sobre la materia. Duran i Lleida, que se ha retirado de la primera fila de la campaña para las locales, podría quedarse en minoría con su proyecto confederal si hay que creer voces como la de su compañero de partido y presidente de la Asociación de Municipios por la Independencia, Vila d’Abadal, que insisten en el carácter independentista de la vieja formación de Carrasco y Formiguera. Frente a los augurios de fractura entre CDC y Unió (UDC) las escisiones previsibles son transversales y casi generales (sin el casi, a la hora del voto de los militantes). No sólo en UDC, también entre convergentes. Pero, en sentido contrario, también están las producidas entre los socialistas -las ya conocidas y las no publicitadas- y la creación de una corriente interna secesionista en Iniciativa-Verds-Esquerra Unida.
Ya recogimos la declaración del ex primer ministro escocés Alex Salmond: que Catalunya será independiente en todo caso si la mayoría de los catalanes lo quieren y persisten en esa voluntad. La persistencia es la clave. Ya hace algunos años que un personaje como Pep Guardiola lo dijo en el Parlament, cuando recogió la medalla de honor del legislativo de su país.