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Financiación para una economía positiva

EL primer trimestre de 2015 ha puesto en marcha el motor de la recuperación económica y ha situado al Estado español a la cabeza del crecimiento de las grandes economías de la zona euro. Las últimas previsiones del Fondo Monetario Internacional, que estima un crecimiento del 2,5% para España este año y del 2% en 2016, auguran buenas expectativas. Un pronóstico favorable también para la población activa, ya que este periodo de bonanza arrastrará consecuencias positivas a lo largo de los próximos meses.

Con este panorama, una cuestión sigue siendo clave a la hora de plantearse el desarrollo de un proyecto: la financiación. Pero la ardua tarea de conseguir el capital necesario para poner en marcha una empresa o darle el impulso definitivo no debe reducir las pretensiones por conseguirlo, pues el abanico de opciones para lograr apoyo financiero es cada vez más amplio.

Juegan un papel clave las instituciones que potencian la iniciativa emprendedora de nuestro país, bien a través de financiación y mentoring o bien a través de la celebración de concursos. Estos grupos suponen una articulación básica para la economía del capital semilla. Cobran especial importancia las incubadoras y las aceleradoras (públicas o privadas) y los business angels, los agentes activos a los que está ligado el futuro de los emprendedores. La consolidación de estos primeros pasos pasa por la financiación del tejido empresarial a través del capital riesgo que, sobre todo en empresas de base tecnológica, ha aumentado considerablemente su actividad en volumen de inversión y en el número de operaciones. El pasado año, en España las startups fueron beneficiarias de más de 150 operaciones de capital riesgo con una financiación aproximada de unos 320 millones de euros.

A la vista de estas cifras, las entidades financieras también se han sumado al apoyo de los emprendedores y, en los últimos tiempos, han diversificado su negocio para atender las demandas de la nueva red empresarial. Esta apuesta por lo innovador y lo tecnológico ha llegado también a las propias formas de financiación y, en esta línea, han surgido nuevas propuestas para emprender, como el bootstrapping, que pretende que el emprendedor, mediante el ingenio y el ahorro, llegue al mercado y genere ingresos lo antes posible con el menor coste posible y aprovechando los recursos estrictamente necesarios.

Junto a estas opciones de iniciativas privadas o particulares, la financiación desde el ámbito público vuelve a tomar posiciones como acicate del emprendimiento en nuestro país. El pasado año, el Instituto de Crédito Oficial (ICO) aumentó el volumen de préstamos en un 55%, concediendo la cantidad de 21.469 millones de euros..

Ante este amplio abanico de posibilidades y con el motor de la recuperación económica en marcha, es evidente que la financiación -sobre todo privada- en las startups, fundamentalmente tecnológicas e innovadoras, se consolidará a lo largo de 2015. Así lo ha ratificado también la consultora KPMG que, tras elaborar un informe basándose en una encuesta realizada a directivos pertenecientes a diferentes empresas de capital riesgo, prevé un aumento en el volumen de inversión y en el número de actividades a realizar este año.

Es innegable que los emprendedores son uno de los pilares básicos del crecimiento de la economía y de la consolidación del empleo. Debemos trabajar para fortalecer la gestión, la atracción y la retención del talento y, para lograrlo, instituciones y administraciones deben caminar de la mano para dar facilidades a quienes apuesten por sacar adelante sus proyectos. Una amplia gama de opciones de financiación puede convertir a nuestro país en bandera de una economía positiva de innovación y desarrollo para emprendedores.* Fundación José Manuel Entrecanales