DICE el experto en crecimiento económico Richard Florida que el desarrollo de un país - o de una empresa- está estrechamente relacionado con la presencia de clase creativa entre sus profesionales. Sin embargo ahora, en tiempos de crisis, a las conocidas secuelas de la recesión económica hay que añadir una más: la fuga de empleados clave. El elevado paro y el recorte de gastos están empujando a las compañías a descuidar sus técnicas de retención de talento. En las últimas semanas lo hemos visto por ejemplo con la dimisión del director general de Tabakalera. No habían transcurrido ni siquiera 24 horas desde que el ayuntamiento de San Sebastián, el Gobierno Vasco y la Diputación acordaran por la crisis, reducir el presupuesto y "redimensionar" el proyecto tanto en su aspecto conceptual como arquitectónico cuando Joxean Muñoz decidía presentar su dimisión al consejo de administración "por coherencia" con la actitud que ha defendido desde que fuera nombrado en enero de 2006 y "por compromiso con los conceptos y las ideas".
Al terreno cultural podríamos añadir el deportivo con la salida de David Villa del Valencia o del centrocampista Fran Yeste del Athletic, después de 12 años y 353 partidos oficiales, al no haber llegado a un acuerdo para su renovación pese a que su intención era "finalizar su carrera deportiva en el club". Y al deporte le podría seguir el periodismo con la marcha de Paco González de la Cadena Ser por desavenencias con la dirección a la hora de cubrir el Mundial de Fútbol. Su adiós obligado deja sobre la mesa un vacío, un know how en un programa como Carrusel Deportivo los fines de semana pero lo más importante, arroja la duda primero de qué pasará con la publicidad ligada a ese formato y después, qué actitud mantendrán los más de 4 millones de oyentes que arrastraban sus retransmisiones los sábados y los domingos junto a Pepe Domingo Castaño.
Dice Richard Florida que el desarrollo de un país o de una empresa está estrechamente relacionado con la presencia de clase creativa entre sus profesionales. No es nuevo.
La crisis está haciendo que las empresas descuiden sus técnicas de retención de talento. Las empresas están subestimando a sus mejores empleados. Según uno de los últimos informes elaborados por la consultora Deloitte un 65% de los altos directivos mundiales reconoce estar "muy preocupado" por la posible pérdida de los trabajadores más valiosos una vez concluya la actual coyuntura económica. Y peor aún, el 20% de las compañías no han establecido ningún plan para evitarlo. En nuestro país muchos economistas sostienen que este dato podría ser incluso mayor. Con este escenario de fondo, Randstad, en uno de sus últimos estudios ya indicaba cómo lo que más valoran tres de cada cuatro trabajadores es precisamente el reconocimiento y la recompensa a su esfuerzo. Su talento. Algo por lo que pocos apuestan. Si nos fijásemos en el mapa global que la empresa Heidrik and Struggles realiza cada año sobre el mismo, comprobaríamos que la lideran Estados Unidos, Canadá y Holanda. España no entra en los 10 países con más talento. Es la undécima. Y en 2012, la entidad considera que estaremos igual. Por eso, con la que está cayendo, las empresas, las instituciones deberían ser muy cuidadosas con el talento que tienen dentro y no desaprovecharlo por una posible falta de motivación. Más si cabe cuando se están introduciendo otros debates sobre cómo flexibilizar las jornadas, cómo trabajar menos o cómo aplicar la tan manida flexiseguridad. Ese debe ser el reto de los directivos. Reconocer las potencialidades de cada uno de sus trabajadores y exteriorizar su apuesta hacia ellos. También en tiempos de crisis. Se llamen como se llamen. Joxean, David, Fran, Paco? etc. Estén donde estén. Al fin y al cabo se trata de evitar perder a los talentos del presente. Evitar perder el futuro dejando marchar a los talentos. .