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Rojo sobre blanco

Sacar la pata con la salida de Álvaro Djaló del Athletic

La salida de Djaló cerraría el círculo del mayor fiasco que se recuerda en el capítulo de fichajes de la era moderna del club

Sacar la pata con la salida de Álvaro Djaló del AthleticATHLETIC CLUB

Desde la cautela que debe inspirar el análisis de todo rumor, dada la ausencia de confirmación oficial por parte del Athletic, parece que estamos en los prolegómenos de la cesión de Álvaro Djaló. Su materialización cerraría el círculo del mayor fiasco que se recuerda en el capítulo de fichajes de la era moderna de la entidad. La operación estrella de la actual directiva, que pagó al Sporting de Braga, equipo de origen del delantero, quince millones fijos y cinco más en variables, aparte de haber generado una enorme sensación de perplejidad en el aficionado, certifica la impericia de los responsables del club en sus visitas al mercado. Resulta imposible no citar aquí el petardazo de Ander Herrera por precio, disponibilidad y rendimiento, con una increíble renovación por medio y su espantada, a modo de broche.

Cabe que los dirigentes rojiblancos pretendan dulcificar la situación creada con Djaló apelando al ahorro de un dinero que costearía un equipo de la liga catarí por hacerse con sus servicios. Lógicamente, el Al-Gharafa, que así se llama el supuesto destino del jugador, se haría cargo de la ficha mientras dura su cesión hasta el próximo verano. Quizás incluso pague una cifra extra, según circula en los mentideros, pero los quince kilos más lo que sea que toque, por ejemplo, a cuenta de la participación de Djaló en la conquista de la plaza de Champions o por otras cláusulas, ya está abonado al Braga. Y por supuesto, la ficha correspondiente al ejercicio cubierto, que al Athletic no le habrá salido por menos de cuatro millones. La opción de compra que se le plantearía al Al-Gharafa, a cambio de diez millones, hoy no pasa de ser una hipótesis lejana.

Pero la valoración del caso no debe limitarse a su vertiente económica. La directiva firmó a un atacante que barato no era para reforzar el proyecto de Ernesto Valverde. Este no tuvo inconveniente el pasado viernes en restar trascendencia a lo que objetivamente ha resultado un fracaso de manual. Entre los argumentos del técnico sobresalió el de la competencia. Vino a decir que para Djaló era “difícil” entrar en el once, una realidad que dio a entender que se complicó porque, titulares al margen, Berenguer era un rival directo en las tres demarcaciones donde Djaló aspiraba a jugar. Reconocerlo así, tranquilamente, después de haber asistido al recorrido de Djaló, sería admisible si no se tratase de la tercera incorporación más cara en la historia del Athletic. Y no se olvide que firmó contrato hasta 2029.

Tampoco deja de ser curioso que la iniciativa del club le busque acomodo a Djaló en la otra punta del mundo, en un campeonato de medio pelo, con un nivel inferior al del fútbol portugués. Porque esta historia no va de que el Al-Gharafa se haya dirigido a Ibaigane para interesarse por el futbolista. No, nace de que a Valverde no le hace falta para nada y de que la directiva no puede permitirse un segundo año como el primero, con Djaló chupando banquillo, ajeno a la dinámica del grupo en la competición.

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Desde luego, esta salida, de producirse, no supone una merma en el potencial de los rojiblancos de cara al curso más exigente de los últimos tiempos. Como mucho, un pequeño ahorro en una coyuntura que viene marcada por otras realidades: la retirada de De Marcos, el final de la cesión de Nuñez, la suspensión de Yeray sin fecha de caducidad conocida y la cesión de un portero contrastado, capaz incluso de competir con el titular a tenor de los criterios manejados por Valverde.

Alguno de estos aspectos pudiera contribuir a elevar el margen para acometer otras contrataciones que se presumen estratégicas. Aunque los movimientos de la directiva sean secretos, tanto Areso como Laporte, los nombres que más suenan, exigen desembolsos importantes. Cualquiera de los dos sale por una pasta gansa, el primero no por menos de treinta millones con la ficha y el segundo bastante por encima de eso. Justo cuando se le acaba de renovar a Nico Williams hasta la eternidad, con un sueldo muy superior al que perciben los mejor pagados de la plantilla.