El estrés rojiblanco 

Otra derrota en San Mamés y van cuatro esta temporada. Increíble pero cierto tras lo ocurrido la campaña pasada con solo un partido perdido de los 19 como locales. En esta no se ha cerrado la primera vuelta y ya se ha cuadruplicado el maravilloso registro del curso pasado. No es casualidad, una colección de factores lo está haciendo posible. El equipo no está bien, juega poco, defiende mal y no marca. Así es imposible.

La liga de campeones era una ilusión, pero el tiempo está demostrado que la competición más importante de clubes del mundo le está pasando una factura demasiado importante al equipo de Ernesto Valverde. No contar con varios jugadores importantes por lesión también ha penalizado a los leones. Otros equipos con más fondo de armario sufren menos aun teniendo también bajas. La plantilla, no tan buena como se ha querido vender, se queda escasa para tanto tute y algunos futbolistas están haciendo un esfuerzo extra que es imposible llevar a cabo durante muchas semanas y meses.

Partidos como los del lunes eran muy habituales no hace mucho. Es más, la temporada pasada con poco más seguro que lo habrían ganado. Un chispazo de uno de tus jugadores de más nivel o un error del rival te hubiese dado los tres puntos. La línea de ganar o perder es muy fina en el fútbol, para demostración según Valverde el partido ante el Atlético y el de ayer, aunque con un resultado distinto. Una acción decanta el partido.

Antes las declaraciones eran positivas y todas esquivaban cualquier atisbo de duda en el rendimiento. Las bajas y la falta de acierto centraban el mensaje de por qué no salían las cosas. Ahora la cosa ha cambiado, se reconoce abiertamente la dificultad de ser fiables, generar juego y marcar. Tanto Valverde como dos de los capitanes, Iñaki Williams e Iñigo Lekue, así lo reconocieron tras la derrota ante el Espanyol. En el caso de los peloteros insistiendo mucho a la hora de necesitar desconectar en estos días y dejar de pensar en futbol. La colección de partidos empieza a ser tremenda.

Como ya llevamos mucho en esto, de lo que se trata es de no dramatizar y entender el momento y, por supuesto, al Athletic. El problema viene cuando el mensaje se basa en hacer ver al personal que todo es maravilloso, que la ambición va por delante de todo y que los límites nos los marcamos nosotros mismos. Error, hay muchos equipos que pueden hacer bien las cosas y como decía Manolo González, tienen mucho más margen de maniobra. El descanso va a venir muy bien, en enero nos vamos a hartar de fútbol; ojalá los rojiblancos regresen con las pilas cargadas y la mente despejada. Zorionak a todos en estas fiestas y a descansar, aúpa Athletic!