El equipo de Ernesto Valverde está firmando un arranque de competición irregular, motivado por la falta de acierto, las lesiones y el estado de alguno de sus futbolistas más determinantes.
No están saliendo las cosas como la inmensa mayoría pensábamos. Es evidente que la temporada la presuponíamos complicada por la participación en tantas competiciones y, sobre todo, por la exigencia de la Liga de Campeones. Todo eso estaba descontado, el arranque del curso, las lesiones y el nivel de los rivales han puesto de manifiesto que lo que intuíamos es una auténtica realidad.
Es verdad que cualquier análisis que hagamos ahora es prematuro. Decía Marcelino García Toral que para evaluar a un equipo distinguía tres partes, el primer tercio de temporada, jornada trece, segundo tercio, sobre las veintiséis, y, obvio, al final, donde se hace el balance definitivo.
Lo visto hasta el momento nos deja dudas y evidencia que después de las importantes lesiones y el tema de Yeray Álvarez, en algunos puestos el equipo ha quedado un poco tocado. Menos mal que al final Aymeric Laporte pudo ser inscrito. El centro del campo, el lugar donde se cuecen los partidos, es esa zona del campo donde entiendo que más se ha resentido el equipo. No contar con Beñat Prados y la disponibilidad de Iñigo Ruiz de Galarreta van a ser determinantes esta campaña. Mikel Jauregizar corre un riesgo muy alto, juega todo y a una intensidad tremenda. Es de largo uno de los mejores hasta la fecha.
Estamos echando de menos la aportación de los jugadores más diferenciales del equipo. A la baja de Nico Williams se han sumado los discretos partidos de Oihan Sancet e Iñaki Williams. El primero fue fundamental ante el Rayo, pero aquel día queda lejos y su faro está un poco apagado. Es fundamental que recupere su mejor fútbol, es sin duda el mejor futbolista de la plantilla. Iñaki, lo intenta siempre y de eso no hay duda, pero al igual que Oihan, está lejos de su mejor momento y, aunque no se esconde nunca, se echan de menos sus llegadas y, sobre todo, sus goles de las últimas temporadas. El mayor de los Williams en las dos primeras campañas de Valverde en esta tercera etapa del técnico veía puerta con mayor facilidad y el pasado curso fue un asistente de lujo para sus compañeros. Por arriba no tenemos claro quién es el delantero. Los específicos casi no juegan. El técnico confía más en Berenguer o Iñaki.
El problema de esto es que pese a tener una defensa de máximo nivel, los partidos se ganan arriba. La posición de cierre está cubierta de manera inmejorable y los titulares de las bandas también, sobre todo la zurda. Se ha podido comprobar que la ausencia de Óscar de Marcos era aún más importante de lo que pensábamos. Jesús Areso debe dar un paso adelante en su adaptación. Mas problemas hay en el lateral izquierdo si hay que sustituir a Yuri, Adama parece falto de confianza. Espero que con los partidos ayude a que la plantilla sea más larga.
Los nervios y las prisas son malos compañeros de viaje y, felizmente, Valverde está al mando. Él sabe mejor que nadie manejar el grupo. Una pena que en estos partidos de liga no haya podido estar en la banda. El sábado toca otra vez exigirse al máximo ante un muy buen rival. Este Athletic es capaz de todo y confío en eso mismo. Hay que mantener la calma. Tensión sí, calma también.