Existe ya y es una de las escuderías más exitosas en la Fórmula 1. Lo que ellos no saben es que en Bilbao hay un par de hermanos que le están quitando protagonismo en otro deporte. En los dos casos se trata de velocidad, el asunto es que en el mundo del motor, son los coches, mientras que en el fútbol son los seres humanos quienes pulverizan los cronos. Iñaki y Nico vuelan. Los dos extremos juegan a otro nivel y son capaces ellos solos de cambiar el signo de un partido. Son diferenciales y para los rivales son un auténtico dolor de muelas. Todos quieren pararles, pero son muy pocos los elegidos.
El Athletic de los Williams es algo nunca visto por estos lares. Está claro que sin el resto de compañeros nada sería posible. Están rodeados de buenos futbolistas con un compromiso bestial y esto también marca la diferencia. No es cuestión de dar nombres, pero junto con Oihan Sancet y el apoyo de Gorka Guruzeta siempre generando, forman un ataque demoledor capaz de ganar partidos por muy atascados que se encuentren. Ir a San Mamés ahora es sinónimo de tranquilidad, con ellos todo va bien.
El partido ante el AZ nos volvió a enseñar que ante equipos de ese perfil las soluciones individuales en momentos determinados valen victorias. Esto que lo veíamos en otros equipos ahora lo tenemos nosotros. Cuántos partidos se han perdido porque el jugador del otro equipo en un destello de calidad nos ha birlado uno o tres puntos directamente. Lo que son las cosas, ahora eso mismo lo piensan de nuestros futbolistas muchos seguidores de otras escuadras. Los entrenadores se preparan, pero en cuanto hay oportunidad su barrera defensiva se rinde a la evidencia de una rapidez muy complicada de parar.
La afición disfruta y se ilusiona. No era un día cualquiera el jueves, se volvía a escuchar el himno de la Europa League en La Catedral. Entrada grande pese a tener que pasar por caja, lo normal en estos casos, y una vez más la respuesta del socio fue increíble. Reunir un jueves a más de 46.000 espectadores está al alcance de pocos. Cuando el espectáculo está garantizado lo de la pereza desaparece, como no.
Los creyentes en su rutina han incorporado pedir cada día para que los hijos de María y Felix estén sanos y felices. Al final, todos somos conscientes de su importancia y lo que le dan al equipo. Nadie duda ya de ellos, de hecho antes se hablaba mucho del dinero, está claro que la cosa ya no va de eso, si me apuras. Para ellos, en palabras de Iñaki, es un regalo jugar juntos, para nosotros, que lo hagan en el Athletic. Larga vida a los Williams. Aupa Athletic.