EL guion estaba escrito y la interpretación fue perfecta. En media hora de juego el Athletic solventó un partido que se presumía complicado por el escenario, pero que visto el desarrollo del mismo, el miedo era infundado. Buena entrada de los leones al campo con la lección perfectamente estudiada y máxima efectividad en los primeros minutos. A partir de aquí, cuesta abajo y casi sin frenos. El Villareal no contaba con ese rodillo de inicio enfrente y pasó un muy mal trago. Los jugadores se quitaban la pelota de encima y el equipo rojiblanco superó en todas las líneas a los de Pacheta. En esos momentos al técnico local no le llegaba la camisa al cuerpo.
Ernesto Valverde dio con la tecla del duelo antes del comienzo del mismo. Hizo una lectura magistral del momento de los amarillos y dotó de las armas necesarias a sus jugadores para maniatar, ahogar e impedir la creación de juego a sus rivales. Es cierto que un arranque de partido así no lo esperaban ni los más optimistas, pero cuando los leones pillan presa de esta manera, raro es que se les vayan los puntos. Una auténtica gozada.
La fiesta fue de los que vistieron de azul y pese a la debilidad del equipo castellonense hay que conceder el mérito total y absoluto a un Athletic serio, convincente y con una actitud y aptitud encomiables. Habrá días en los que no te concedan tantas facilidades, pero cuando esto sucede hay que aprovechar la oportunidad. Trabajo muy bien hecho y tres puntazos que te siguen ubicando en el objetivo. La jornada además había propiciado que por arriba las cosas se vayan ajustando.
Hablando de alineaciones, está claro que el técnico tiene sus preferidos. No lo esconde, va con ellos a todas partes sin ningún tipo de complejo. Por poner alguna pega, el reparto de minutos sigue siendo para mí su asignatura pendiente. En encuentros como el del domingo, con el resultado como estaba y el desarrollo del mismo, no hubiese estado nada mal liberar a alguno de los habituales en la fase final del partido. Esa acumulación de kilometraje con el paso de las jornadas pesa en las piernas de los futbolistas y es perfectamente evitable.
En la previa del choque ante el Villarreal, el director general de fútbol del Athletic, Mikel González, fue preguntado por la titularidad de Lekue en detrimento de García de Albéniz. Sorprendió la respuesta al ser muy de entrenador. No dejó en muy buen lugar a Imanol, sí por el contrario a Iñigo. Estas cosas hacen más mal que bien y, sobre todo, ponen en evidencia la verdadera labor del entrevistado. Está claro que los clubes han firmado por una cantidad económica importante hacer cosas ante los medios oficiales, cada vez más. Ojo con el riesgo de quemar a los personajes a los que expones. En el caso de González es cada vez más evidente. No sé de quién es la culpa, pero flaco favor se le está haciendo.
