En el fútbol de hoy, con imágenes de cada partido en directo y repetidas mil veces, continúa funcionando un rasero que favorece a los jugadores que mantienen una relación más estrecha con el gol, por demarcación o habilidad rematadora. En esa valoración que privilegia la aportación ofensiva, también suele haber un hueco para los porteros, aunque estos son asimismo diana fácil de la crítica. Pese a que los equipos se compongan de once elementos, los que ocupan el resto de las demarcaciones necesitan ofrecer un rendimiento extraordinario para merecer halagos y figurar entre los destacados.
El baremo que se aplica a defensas específicos o centrocampistas dedicados a labores más oscuras, además de discriminatorio, obvia la naturaleza del fútbol, una actividad colectiva donde el gol no deja de ser algo excepcional a lo largo de los casi cien minutos de un encuentro. Eso sí, discutir el valor del balón que termina en la red carece de sentido, pues el trabajo grupal está enfocado a conseguirlo, o evitarlo en la portería propia, porque eso y no otra cosa determina el resultado. Y nada hay más importante en la competición.
Este preámbulo viene al pelo para analizar el caso concreto de Iñigo Lekue, de rabiosa actualidad en el Athletic. Participó en la cita de La Cerámica de principio a fin y no ha merecido un lugar destacado en los medios. Eso ha quedado para los delanteros o Galarreta, este por el hecho de que fue el autor del tanto que orientó el triunfo. Sin embargo, Lekue no desmereció de los compañeros que se repartieron los honores. Tampoco Vesga, por citar uno más.
Después del partido, Lekue dijo lo siguiente en relación a la polémica que suscita su titularidad, pues hay voces que, en ausencia de Yuri Berchiche, reclaman el puesto para Imanol García de Albeniz: “Ha sido así en los nueve años que llevo. Fuera puede haber el ruido que haya porque el Athletic es muy mediático, pero creo que no tengo que demostrar que siempre estoy preparado para cuando se me necesita”. En efecto, su disponibilidad es ejemplar, sobre todo si se considera que cada temporada su nombre no consta en el plan original del entrenador de turno.
La presencia de Lekue en el once depende de que los titulares, tanto en el lateral derecho como el izquierdo, estén o no en condiciones. Situación que le puede suponer largos periodos con una participación escasa o esporádica, algo que en absoluto favorece anímica o físicamente al futbolista. Pero en los últimos cursos, se han repetido las lesiones de los fijos, De Marcos o Yuri, lo que le ha concedido un elevado número de partidos.
Recordar, por ejemplo, que con Marcelino enlazó la mayoría de la primera mitad del calendario y, pese a que el titular recibió el alta médica, el técnico le mantuvo en el once por su buen desempeño. En los tres ejercicios más recientes posee una media que oscila entre los 25 y 30 partidos, dato que confirma su utilidad. Recambios como él contribuyen al equilibrio de la estructura, son básicos en una plantilla.
Ahora, sin Yuri, se reclaman minutos para Imanol, la novedad, y se olvida que se trata de un jugador que acaba de aterrizar en la máxima categoría y ha intervenido en cuatro ocasiones. Debutó con Yuri en la enfermería y coincidiendo con que Lekue suplía a De Marcos, asimismo lesionado. El regreso de los titulares condujo a Lekue e Imanol al banquillo, del que Imanol salió porque faltaba Yuri de nuevo. Fue contra el Valencia, día en que el joven no estuvo acertado y lo pasó realmente mal.
En la jornada previa, el encargado de suplir a Yuri cuando a la media hora pidió el cambio frente al Barcelona fue Lekue, decisión que Valverde argumentó por la dificultad que entrañaba emparejarse con un extremo que encara mucho, Ferran, quien más tarde dejó su lugar a Lamine Yamal, otro que tal. Tras lo ocurrido contra el Valencia, Lekue ha sido el elegido para la Copa y para visitar al Villarreal. Su comportamiento en ambos compromisos ha sido notable.
Está claro que Lekue no es el responsable de que Imanol permanezca en la recámara, asunto que compete al entrenador, quien no ha contado con el de Gallarta para nada mientras Yuri estaba apto. Ello se ha traducido en dos meses sin un solo minuto. Así las cosas, tampoco puede extrañar que le cueste responder cuando de repente se reclaman sus servicios.
Es muy probable que en la gestión de Valverde influya el perfil de Imanol, al que se le reconoce su facilidad para subir, combinar y poner centros. Es asimismo obvio que posee un margen de mejora en su repertorio defensivo, clave para un lateral. Con trabajo y oportunidades irá progresando, pero si apenas asoma la culpa no es de Lekue, que hace tiempo aprendió el oficio y cumple.
Visita del Celta
Cuatro puntos de los últimos doce
En San Mamés. El Athletic, que el viernes recibe al Celta en el partido que abrirá la decimotercera jornada liguera, solo ha sumado cuatro de los últimos doce puntos disputados frente al conjunto gallego en La Catedral, donde se han registrado en este periodo dos triunfos visitantes, un empate y una victoria local. El triunfo rojiblanco fue en el último enfrentamiento entre ambos, el pasado 20 de mayo, cuando un gol de Alex Berenguer desniveló la igualada que había llevado al marcador Iñaki Williams y Jorgen Strand Larsen (2-1). En los tres encuentros anteriores el Celta logró puntuar en San Mamés. En el primero de ellos, en la temporada 2019-2020, con un 1-1. En las dos campañas posteriores el cuadro vigués enlazó dos victorias consecutivas en Bilbao por primera vez en su historia, en ambas ocasiones por 0-2.