LA última decisión de la comisión deportiva desató en la jornada de ayer martes, un aluvión de opiniones. Desde que el Bilbao Athletic existe, va a ser la primera vez en la que su entrenador no es vasco o ha sido formado en nuestro fútbol. El filial arrancó en 1964 y ha tenido 31 entrenadores. Veintiséis vizcainos, los cinco restantes, Iribar, Valverde, Ziganda, De la fuente y Joseba Etxeberria. Estamos hablando de leyendas rojiblancas. La contratación de Álex Pallarés ha sorprendido. Tiempo tendremos de analizar su desempeño con los cachorros pero de momento llama la atención su llegada. De hecho solo la podemos entender como una petición expresa del director de nuestra factoría, quien le conoce de sus pasos comunes por otros clubes. En Lezama están aterrizando en esta nueva etapa psicólogos y entrenadores jamás vistos por aquí. No somos una cantera global, todos vienen de ahí. El mensaje para los técnicos locales es estremecedor, nunca había pasado. Antes se quejaban porque los que no habían sido futbolistas no tenían oportunidad, ahora no va de eso. Por la pinta, es mejor haberte formado como cerca en el Villareal. No dudo de las valías, currículums y experiencias, no. Seguro que está todo el mundo muy preparado, pero esto es diferente, nada que ver. Es el Athletic. El cambio de tercio es tan arriesgado como incierto. Quienes decían que los de antes ponían a los suyos, ahora hacen exactamente lo mismo. El filial necesitaba un cambio porque más allá de los resultados, el equipo no competía como se le presupone. Esperemos que esta modificación en la jornada 12 suponga un cambio importante en rendimiento y resultados. La cantera es sagrada y ojo con los experimentos, estos, con gaseosa. El Athletic ha vivido, vive y vivirá de Lezama siempre.