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Mesa de Redacción

Olga Sáez

Por un beso

Hay noticias que se pierden en las esquinas de las agencias de prensa, pero no porque no sean curiosas o no generen reflexión. Yo creo que hay quien ni siquiera se las cree. O sea, como el chiste de aquel doctor que acaba diciéndole al anciano paciente: “eso no es ni bueno ni malo, es mentira”. Una de las últimas es la de un hombre de 87 años que fue al parque y ofreció dinero a una niña de 10 años a cambio de que se montara en el coche y le besara. El anciano pasó al lado de un banco donde estaba la menor, que tenía 10 años de edad, y “con la finalidad de satisfacer su apetito sexual”, dice la sentencia, le ofreció entre 10 y 50 euros a cambio de que se subiera a su vehículo para besarla. La niña no accedió y el hombre abandonó el lugar. Días más tarde, el 23 de enero, la madre de la víctima presentó una denuncia ante la Guardia Civil. Durante el juicio, el acusado reconoció los hechos y consignó 1.000 euros en concepto de daños morales a la menor. También aceptó un año de cárcel, pero al carecer de antecedentes se le suspenderá la pena a condición de que no delinca durante otros dos años ni quebrante la prohibición de comunicarse o acercarse a ella. No quiero frivolizar sobre el asunto, que seguro que le hizo a la niña pasar un mal momento, pero no puedo quitarme de la que cabeza en qué pensaba este anciano y a lo que estaba dispuesto por un beso. ¿Sería deseo sexual?