La ONU ha activado por primera vez el Protocolo de Seguridad Planetaria por un asteroide peligroso. La roca es del tamaño de un campo de fútbol y tiene un 1,9% de probabilidades de colisionar contra nosotros el 22 de diciembre de 2032. No se sabe si será por la mañana o por la tarde, aunque Garamendi prefiere que sea por la noche así no interfiere en la jornada laboral. El único capaz de parar la amenaza era Bruce Willis, y el pobre ya no está para trotes. Debe ser que el presidente yanqui ha hablado con Dios, “el que esté libre de pecado que tire la primera piedra”, le ha soltado, y este, ni corto ni perezoso, le ha mandado un regalito que acaba con los dinosaurios. ¡Tiembla Trump! Dado que suelen caer en EE.UU., como los extraterrestres, igual le pega un cebollazo al naranjito. ¿No habrá alguna posibilidad de desviar algún resto al Kremlin cuando Putin esté desayunando, verdad? Pero al paso que vamos, nos extinguiremos antes. ¿A alguien le extraña? Trump quiere montar gigantescos resorts en la Riviera de Oriente Medio, la franja de Gaza. Y ha rebautizado el golfo de México como golfo de América. Lo que les faltaba a los estadounidenses; para cuatro que sabían dónde estaba, ahora van y se lo cambian. La solución es fácil. Se le pone un arancel del 70% a la materia espacial, y a 2024 YR4 ni se le ocurre aparecer. Aunque a decir verdad, el meteorito más letal de todos ya ha caído, y se llama Donald.