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Mesa de redacción

Igor Santamaría

Siglas bajo sospecha

Mientras expulsamos los virus, la epidemia de memeces que sobrevuela Madrid provoca que, solo del rubor, nos suba la fiebre. En escaso intervalo de horas tuvimos a su lideresa clamando por un complot ungido en Moncloa para volatilizarle conversaciones de WhatsApp como si Sánchez hubiera fichado al Mago Pop; mientras otro presidente, el mandamás de ACS con poder sobre la propia IDA, se atreve a mandar una misiva al Gobierno español vía CSD clamando contra los arbitrajes que osan obligarle al Realísimo a poner una brizna de esfuerzo de su parte para sembrar el camino a la Cibeles. FP, gestor del llamado madridismo sociológico al que no le duelen prendas en telefonear recurrentemente al corrupto presidente de la RFEF para pedirle explicaciones –como así éste acaba de reconocer– y a dueños de los medios amenazando con rodar cabezas, denuncia una caza de brujas que tiene al VAR de rehén. Ese club con mando en Plaza –colegiado y dirigente federativo predemocrático– y un palmarés labrado también con desmanes; que halló en Negreira su tapadera; el que lleva diez penaltis a favor y ninguno en contra; el que ha visto a más rivales expulsados; ése donde sus figuras reciben un trato particular de las reglas; y hasta con capacidad para dejar en la nevera a los trencillas; nos echa un cara un contubernio. Puestos a tirar de siglas, sospechas e histrionismo, lo siguiente será que MAR dirija una campaña de la DGT.