Bueno, pues ya está aquí. Mañana, Donald Trump regresará al Despacho Oval de la Casa Blanca. Promete que desde el primer día firmará un centenar de decretos en los que los más pobres de todos, esos que se jugaron la vida cruzando el río para vivir eso que llamaban el sueño americano, van a ser los paganos de su vuelta. Deportaciones masivas de migrantes, la derogación de las políticas medioambientales o los indultos para los bárbaros que asaltaron el Capitolio serán los primeros destinatarios de la firma de Trump. Eso sí, también sabemos a estas alturas quiénes van a ser los grandes beneficiados de la vuelta del magnate a Washington. La élite de multimillonarios, encabezada por los líderes de Silicon Valley, recibirá con los brazos abiertos el segundo mandato del magnate, con un ostentoso apoyo económico y respaldo a sus ideas anti woke (progresista) sobre la inclusión de las minorías, la censura o los monopolios. Para empezar, los ejecutivos de Tesla, Amazon y Meta, los hombres más ricos del mundo, se sentarán mañana cerca de Trump, sus miembros de Gobierno, legisladores y expresidentes. No es inusual que grandes empresas y magnates contribuyan al acto de investidura, pero el récord de 170 millones recaudados hasta ahora para la toma de posesión de Trump contrasta con los 62 millones de Biden hace cuatro años. Para el resto solo nos queda una cosa: Que Dios nos pille confesados. Amén.
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