NO, este no va a ser un comentario de la riqueza que oculta la gastronomía en miniatura de la villa. Va del proyecto urbanístico que conformará la tapa, la cubierta que sobrevolará la nueva estación de Abando con la llegada del TAV. Las infografías municipales expuestas adelantan un desarrollo muy estético con árboles y jardines como protagonistas engastados con varios bloques residenciales y de oficinas. También se integra la centenaria estructura metálica junto a otros edificios con solera de la zona. La propuesta del equipo de urbanistas ganador del concurso avala uno de los elementos que, sí o sí, la ciudad necesita, coser la cicatriz que protagoniza la actual playa de vías. Una trinchera que, una vez eliminada con el soterramiento de los servicios ferroviarios, se convertirá en una oportunidad de mixtura. La nueva tapa, con espacios abiertos y accesibles desde todos los lados, creará conexiones humanas y sociales que imbricarán barrios como Bilbao La Vieja y el Ensanche, que hoy se miran por encima del gran solar ferroviario. Un planteamiento revolucionario para la ciudad que aún suma mucho tiempo por delante. Recuerde que para que este proyecto adquiera cuerpo resta construir la estación del TAV por debajo y el túnel de acceso desde Basauri, entre ocho y diez años de desarrollo. Luego vendrá la urbanización, poco a poco, como fue el caso de Abandoibarra o lo es hoy en día Zorrotzaurre. Hasta el año 2045 como mínimo. Tiempo al tiempo.