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Mesa de Redacción

Susana M. Oxinalde

Pedro, ¿cuánto queda?

NUNCA he creído como para presumir de nada ir por ahí cacareando que uno tiene ”una mala salud de hierro”. Pese a no ser derribado, ese tiene una mala salud y punto. Así que nadie puede ufanarse en el gobierno de una durabilidad a prueba de crisis cuando las baterías están descargadas con dos citas electorales en puertas. Pedro Sánchez se ha hecho una gira exprés por Austria, Croacia y Eslovenia para ir diciendo a los europeos no tanto que España va bien, sino su gobierno, ejemplo de ente inexpugnable pese a tener a los enemigos dentro. El primer gobierno de coalición de la democracia se dibujó como un experimento con gaseosa que en tres años se ha ido dejando la educación a base de grescas y mucho ruido que no parecen hacer mella en un Sánchez que sigue a lo suyo porque España no es Italia. En Madrid no hay ejecutivos inestables sino mucha gente inestable dentro del Ejecutivo, no en vano hay 22 ministerios y tres vicepresidencias. Una fiesta con sus cuotas donde la última crisis ha dejado todo por envidiar a las anteriores. Pero ¿cuánto queda? ¿La salida de dos ministras en la cita de mayo servirá para escenificar una única manita de pintura? El sainete es grande y penoso cuando aquello que fue una opción potable ya es una jaula de grillos. Confiar en los manuales de supervivencia cuando uno está en la UCI es un acto de fe universal. Mientras tanto, la ciudadanía sigue aceptando paciente las guerrillas indisimuladas de esta gente sorda que no hace más que berrear.