CERCA de Santo Domingo de Silos se puede visitar Sad Hill, un paraje inhóspito escogido en su día como escenario del famoso duelo a tres final de El bueno, el feo y el malo. Unos entusiastas han convertido el lugar en un cementerio plagado de cruces de madera con el nombre de quien colabora en la financiación de la asociación que tiene, precisamente, el objetivo de recuperar los escenarios burgaleses en los que Sergio Leone rodó el legendario wéstern. La escena del filme en la que el bueno, el feo y el malo resuelven diferencias evoca al actual ciclo político español. Hasta el punto que me temo que Sad Hill es el mejor escenario posible para el debate electoral a cinco, que si se celebra será el acto más tosco de la campaña. El cara a cara entre Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Pablo Casado, Albert Rivera y Santi Abascal da miedo. El Figurín, el Pistolas, el Iluminado, el Insomne, el Rudo, el Chulo, el Idealista, el Ambicioso, el Corrupto y el Torpe -repartan los adjetivos como tengan a bien, toca a dos por barba- protagonizarían un enfrentamiento en el que lo único que está claro es que no será posible sacar nada en claro. A estas alturas de la era de las repeticiones electorales todos sabemos de qué pie cojea cada uno y quién lleva pata de palo y garfio. Así que da la impresión de que la única posibilidad de salir vivo de este duelo a cinco es evitar que el hastío de los ciudadanos vacíe el caudal de votos cosechados hace apenas cinco meses y no veo a ninguno de los pistoleros con cintura para conseguirlo.