PARECÍA demasiado tarde para la extravagancia pero después de un verano entero callado, Rivera salió ayer a ejercitar la varieté política. Mientras el rey despachaba, el líder de Ciudadanos decidió empezar a escribir su propio relato vistiéndose de “hombre de Estado con condiciones” y pareció Norma Duval bajando reinona las escaleras del Folies. La audiencia está demasiado acostumbrada a las tracas finales con aires de vedette para que estas cosas acaben de impresionarla, así que según Rivera hacía su propuesta con fuegos de artificio y mucho destape, media España siguió velando por su interés particular porque todo paisano de a pie ya ha entendido cuatro meses después de las elecciones que para interés personal, el suyo. Luego Rivera, rey de la revista, starlette política, decidió encerrarse con Casado a ver si el paripé de la abstención conjunta se alargaba todo el lunes demostrando sus dotes interpretativas y que si hay que despachar, despacha él, así sea el gobierno de Nafarroa o el 155. Algunos piensan que Rivera, en silencio un agosto entero, se ha pasado ensayando todo el verano para mover una ficha y agenciarse unos titulares que le vayan a juego con la corbata y poner al rey y a sus consultas un rato a la sombra. Una “solución de Estado”, remachaba este entregadísimo hombretón de altura, como las vedettes en taconazos con la ocurrencia que solo pueden dar los minutos basura y la fuga de votos. Artista. susana.martin@deia.com