VROMMM, vrommm! También en los coches eléctricos e híbridos. La UE quiere penalizar el silencio y desde 2021 tendrán que hacer un poco de ruido porque, si no resultan un peligro e incrementan los atropellos. O sea que a partir de ahora los automóviles deben ir en plan lolailo para poder pasar tranquilos el paso de cebra. ¡Pero si seis de cada diez peatones ni se enteran aunque les pongan un petardo en el culo porque cruzan con auriculares o van pendientes de su móvil! ¡Qué ocurrencia esa de poner ruidos! Se arregla atando un cencerro o unos cascabeles a la puerta del vehículo. O con el conductor cantando reggaeton con la ventanilla abierta y llevando de copiloto a Manolo, el del bombo. En lugar de tender a una ciudad más amigable y con menos contaminación acústica, vamos directos al caos. ¿Qué pasa? ¿Que las bicis están obligadas a emitir alertas acústicas y a que el ciclista silbe a todo trapo? ¿Tendrán que hacer tanto ruido como una Harley-Davidson? ¿Los patinetes eléctricos deben sonar como una Ducati? ¿Terminaremos poniendo claxon al castañero y al carrito de los helados? ¿Y el tren eléctrico? Mejor el de vapor, ¿verdad? Claro, se me olvidaba: hay que darlo todo mascado para que conductores y transeúntes no tengan que preocuparse de ir atentos y mirar antes de cruzar. La próxima medida será que los coches eléctricos echen humo. Al tiempo.

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