EL ninot de Felipe VI ya tiene la plantá y estos días vive la mascletá. El monumento fallero al rey que se ha levantado en ARCO es un muñeco de más de cuatro metros de altura sobre el que se están disparando muchos petardos potentes a modo de críticas, de esos que producen un estruendo ensordecedor. Que si es una injuria a la corona y un ultraje a España y sus símbolos etc., etc... Esa ha sido la traca. Ahora queda la cremá porque su comprador deberá prenderle fuego después de abonar 200.000 euros y antes de que transcurra un año. El artista/publicista Santiago Serra ha incendiado la feria de arte contemporáneo con esta pieza. Aunque no sea arte, sino pura mercadotecnia, reducir a cenizas 200.000 eurazos no es ninguna tontería. El año que viene pone a Letizia Ortiz de fallera mayor y se arma la de San Quintín. Pero ahora que quemar fotos del rey ya no es delito, también se puede calcinar una estatua y no hay manifestación de odio. Se me ocurren muchas formas más imaginativas y productivas de dilapidar esa pasta, pero estamos preparados para la nit del foc. Porque si una escultura de Franco apareció metida en una nevera, si hubo una exposición con fotos de presos políticos y se exhibió una cruz gamada en un cartel de farmacia, no sé a qué tanto escándalo. ¡A la hoguera! A ver ¿es que ya no quedan artistas de derechas que dibujen paisajitos y bodegones como Dios manda?

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