Síguenos en redes sociales:

En confianza

Javier Vizcaíno

Tú a Ezkio y yo a Gasteiz

Creo recordar que ya conté aquí mismo que no tengo ni la menor idea sobre cuál es la mejor opción para conectar el TAV entre la demarcación autonómica y la foral. Pues no crean que he avanzado mucho. Oigo los argumentos a favor y en contra de Ezkio y/o Gasteiz, y sigo como estaba. Como buen equidistante –me adelanto antes de que me lo llamen–, al escuchar a los partidarios de una u otra solución, veo que ambas tienen un puñado de pros y otro de contras. Reconozco, eso también, que me costaría menos alinearme con alguna de las banderías si no percibiera que las argumentaciones no atienden tanto a criterios objetivos como al muy humano intento de arrimar el ascua a la sardina de cada terruño implicado. Se da así la reveladora circunstancia de que, dentro del mismo partido, se puja por Gipuzkoa o Araba según la pertenencia a este o a aquel territorio. Todo esto ocurre mientras las ejecutivas nacionales contienen la respiración o lanzan mensajes más o menos velados sobre la necesidad de andar con pies de plomo en una cuestión altamente delicada. La tesitura más fácil en esta tormenta creciente es la de EH Bildu. Puesto que su pragmatismo de nuevo cuño no ha llegado todavía a reconocer que un país que se pretende bien comunicado necesita infraestructuras ferroviarias de alta velocidad, puede permitirse el lujo de pontificar que se opone por igual a cualquiera de las dos alternativas sobre la mesa. Estoy por apostar, en cualquier caso, que la coalición soberanista, calculadora en mano, acabará pronunciándose por una o por otra. O, más bien, por una y por otra, en función del lugar desde donde se exprese la opinión, exactamente igual que les está pasando a PNV, PSE y PP. Insisto en que, humana y políticamente, comprendo que cada cual barra, literalmente, para su casa, pero no puedo evitar pensar que es una pena, amén de altamente revelador, que en asuntos como el que nos ocupa no seamos capaces de pensar en clave de país. Por desgracia, no es la primera ni será la última vez.