Al lío sin anestesia. "Otro fracaso de la izquierda", celebra Francisco Marhuenda desde el encabezado de su columna en la contra de La Razón. En la letra menuda no se priva de chanzas: "Lo más divertido de las manifestaciones que organiza la izquierda radical es que hay más organizaciones convocantes que asistentes. La manifestación, con unas 2.000 personas, no pudo ser más casposa y viejuna. Fue promovida por una estrafalaria «Desarma Madrid». Esta plataforma estaba repleta de grupos, colectivos y partidos que a duras penas se representan a sí mismos".

Como complemente, el editorial del periódico azulón sigue choteándose de la escasa asistencia a la marcha: "Pero si la manifestación de ayer es todo lo que pueden hacer las izquierdas en contra de la Alianza Atlántica, ya puede tranquilizarse el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, sobre el éxito de la convocatoria. Por supuesto, no es que las organizaciones convocantes, entre las que se encontraba Izquierda Unida, sólo haya reunido en las calles de la capital de España a menos de dos mil personas, autocares de provincias incluidos, es que el discurso supuestamente antibelicista está tan alejado de la percepción general de la opinión pública que se desacredita por sí mismo".

"Protesta con consignas ochenteras", titula ABC en su segunda portada. Sí, en la segunda, porque la primera es para para la otra movilización de ayer en Madrid. Y el tratamiento es bastante más benévolo, con este titular: "Manifestación pro vida para denunciar las leyes contra la verdad". Y la asistencia se subía al impreció "Decenas de miles de personas".

En las páginas interiores del vetusto diario, Ignacio Camacho incide en el presunto fiasco de la convocatoria y en lo rancio de asistentes y consignas: "El 'orgullo rojo' del Partido Comunista, eficaz promotor de las multitudinarias concentraciones de antaño, se limitó a la efímera presencia, en segundo plano y durante un rato, de su dirigente Enrique Santiago, que a la sazón posee también el rango ministerial de secretario de Estado. Llegó tarde, se hizo una foto y se largó rápido en un metesaca testimonial de escaso ímpetu revolucionario. La aparición, por fugaz que fuese, le costaría el puesto en cualquier Gobierno menos demediado pero este Sánchez de ademanes cesáreos carece de mando sobre la cuota podemita de altos cargos".

El editorialista también saca el cinto a paseo para atizar a los disidentes de dentro del gobierno, a lo que acaba tildando de putinescos: "Cabe lamentar que una parte del Gobierno español, el mismo que acoge la reunión, haya decidido tomar posición en contra de la Alianza. No se trata de acabar con la guerra, ni de patrimonializar una paz deseada por todos, como erróneamente proclaman, sino de expresar su apoyo a Putin y a las atrocidades que sus soldados cometen en Ucrania".

Es la misma línea de argumentación y, si me apuran, el mismo tipo de colleja que gasta el editorialista de El Mundo: "Desde el mismo seno del Ejecutivo se contraprograma a Moncloa con una parte de la coalición dando apoyo a manifestaciones como la de ayer en Madrid en la que se gritaron barbaridades como «fuera los señores de la guerra de Madrid» o «fuera nazis», como si, en vez de Putin, los responsables de la invasión de Ucrania fueran los dirigentes de naciones que velan por la preservación de la democracia liberal hoy en jaque. Todo para boicotear una reunión clave para la seguridad europea. Esta es la débil autoridad que podrá exhibir Sánchez ante sus homólogos de la Alianza Atlántica".

Más allá de las piezas de opinión, los editoriales no dejan de mostrar la patita. Así, Vozpópulino resiste la tentación de la comparación: "Unas 25.000 personas en Madrid marchan contra el aborto y otras 2.200 contra la OTAN".

El Confidencial no entra a comparar, pero sí a calificar: "Pinchazo anti OTAN: 2.000 personas protestan por el "imperialismo" de Sánchez y los migrantes muertos", dice el titula de la pieza, que trae este añadido: "A la manifestación apoyada por IU y Podemos se le queda grande la calle en su intento de reeditar el 'No a la Guerra' contra el Gobierno en las protestas contra la cumbre en Madrid".

Y cerramos con el aporte de un medio que no suele estar en este repaso. Pero también tiene su qué el titular elegido por el cronista de Diario Vasco sobre la movilzación: "El «OTAN, no» solo arrastra a 2.000 nostálgicos en Madrid 40 años después". Nostálgicos.