EN aquellos años se hablaban maravillas de la llegada de un presidente moderno a los sillones de Ibaigane: Javier Uria. Fue un hombre que trajo consigo nuevas maneras de hacer, ideas de vanguardia. Entrenaba al Athletic Jupp Heynckes (en su segunda época) y Julen Guerrero era el capitán. Javier, por aquel entonces el presidente más joven en la historia del Athletic con sus 39 años, decidió lanzar el órdago con una dirección deportiva profesional en las manos, por aquel entonces, más firmes que se conocían en San Mamés: las de Andoni Zubizarreta. Cuentan las crónicas de aquellos días que el actual entrenador del conjunto masculino, Ernesto Valverde, como adjunto a la dirección deportiva del club, se propuso un reto: conseguir que las mujeres pudieran defender también los colores de la entidad, aspirasen a convertirse en leonas. Eran los albores del siglo XXI y ya se intuía que éste estaba llamado a ser el siglo de las mujeres.

Todo fue tejiéndose entre el asombro y la admiración. El Athletic femenino surgió tras la absorción del Leioa, conjunto conocido como Leioako Emakumeak, mientras la calle aguardaba con expectación. Hoy se cumplen ya dos décadas de aquel primer partido oficial, un 7-1 al Torrejón, con Eli Capa, Uriagereka, Gaztelu, Tzibi, Vanesa, Itziar Gurrutxaga, Iraia, Lorena, Eli Ibarra, Nerea Onaindia y Eba Ferreira, como el primer once de la historia del Athletic femenino que levantó olas de expectación. El empuje del escudo y la camiseta rojiblanca alentó a aquellas pioneras; la anunciada revolución de las mujeres puso tras aquel equipo una procesión de mujeres que se sentían identificadas. Recordemos ahora, que aquel primer Athletic, como el masculino, tuvo un despegue poblado de títulos que encendió la llama de la ilusión en Bilbao. El primer día que pisaron San Mamés ya se sabía que habían venido para quedarse.