COMO si de un cuento de hadas se tratara, Iñigo Juaristi (Berango, 1968), el primer entrenador del Athletic femenino, que estuvo en el banquillo siete temporadas, relata todos los entresijos que desembocaron en un proyecto inmejorable hace ahora veinte años, un 6 de octubre de 2002, con el primer partido oficial ante el Torrejón. Un equipo que se ha convertido en una revolución plena de aspiraciones en el mundo del deporte femenino. “Parece que fue ayer. Aunque pasa el tiempo muy rápido. Remontándonos a los orígenes en el Sondika, cuando tuvimos algunos problemas que nos llevaron al Leioa, ya que el ayuntamiento nos dio la opción y todo era perfecto. Hasta que dos años después, un día me suena el teléfono y al otro lado estaba Ernesto Valverde, que era adjunto a la dirección deportiva con Andoni Zubizarreta y estaban recabando información de los clubes vizcainos femeninos y de la Federación para ver cómo podían poner en marcha la propuesta de la campaña electoral con Javier Uria como presidente de crear un equipo femenino. Y así empezó la historia. Al tener una estructura creada que ya funcionaba, entendieron que la mejor propuesta era absorber al Leioa, con un equipo competitivo y así empezó”, rememora el extécnico rojiblanco.

Fueron jugadoras únicas y la apuesta del Athletic tuvo sus frutos. ¿Fueron pioneras? “En cierta medida sí y, por otro lado, no. Fuimos el altavoz del deporte femenino estatal al estar respaldados por una masa social como la del Athletic, que le dio más repercusión. Pero antes que nosotras hubo mucha más gente, del Bizkerre, Sondika, Leioa, etc… que desde los años 70, que empezaba todo, ya estaban trabajando. Parece que te llevas tú la medalla o el premio cuando había mucha gente detrás”, comenta Juaristi orgulloso.

Una primera plantilla rojiblanca de ensueño que consiguió de una tacada cuatro campeonatos en las cinco primeras Superligas. “Esa primera plantilla tenía un mérito brutal y muchas de ellas hoy en día seguirían siendo de primerísimo nivel. Había jugadoras irrepetibles. Es muy difícil de coincidir con una generación como esa. Tenían un ADN competitivo a muerte. Algo difícil de encontrar. Les apasionaba el deporte, les gustaba el fútbol y se partían la cara en el campo. Luego el plus que tuvimos de vestir la camiseta del Athletic y de estar arropados por la afición”, ensalza el técnico nacido en Berango.

Una de las primeras jugadoras del Athletic fue Vanessa Rodríguez (Barakaldo, 1979). Una defensa que cumplió siete temporadas como leona (192 partidos y 22 goles). Tiene muy frescos aún aquellos primeros pasos como rojiblanca. “Es imposible olvidar los comienzos. Fue algo super emotivo y después, lo que vino después, inimaginable. Al principio, eran rumores que el Athletic había propuesto al Leioa convertirse en su equipo para jugar la Superliga femenina. En el momento que se confirmó fue la leche. Te lo dicen y no crees que pueda llegar a ser lo que luego se vivió”, recuerda Vanessa.

La profesionalización

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Vinculada toda la vida al mundo del fútbol femenino, ahora trabaja en el Peña Athletic, como entrenadora del equipo de Liga Vasca y de Infantiles. Acostumbra a ir a Lezama a ver partidos. “No tiene nada que ver a lo que había hace 20 años. Como estaba el campo, las instalaciones… para mí es una de las mejores instalaciones que hay en Europa. Es un todo un logro. Ves que las jugadoras ahora, se levantan y van a Lezama a entrenar, a recuperarse y nosotras jugábamos partido y al día siguiente había que levantarse a las seis de la mañana para ir a trabajar. Claro que tienes envidia, ojalá hubiera pasado antes y poder haberlo vivido un poco más de cerca. Es un logro de todas las que hemos vivido esto”, subraya la exjugadora.

Echando la vista atrás no se le hace difícil destacar lo mejor que le ha dado la práctica del fútbol. “Me ha dado muchísimo y me quedo, fundamentalmente, con el círculo de amistades que me llevo y seguir manteniéndolas; también el ver las gradas de Lezama llenas, que nosotras hemos aportado nuestro granito de arena para ello y ver que hoy en día una mujer puede vivir del fútbol. Eso es gratificante para todas las mujeres que hemos jugado al fútbol”, acentúa Vanessa. Para ella, lo sucedido aquí fue el germen fundamental de la explosión del fútbol femenino: “Ves en la tele que se llenan campos para ver fútbol femenino por el mundo pero realmente donde fue el inicio de todo fue aquí, en Bilbao, cuando llenamos San Mamés. Nosotras no nos hubiésemos imaginado que esto hubiese sido tal boom. Hoy se llenan los campos pero hace 20 años nosotras llenamos San Mamés y el logro fue muy importante. Jugar en el Athletic, en el equipo de toda tu vida, en San Mamés con el campo lleno es algo que no se va a borrar de nuestras memorias. Sigo pensando en ello ahora y se me pone la carne de gallina. Fue algo increíble”.