L conocimiento público de algunos detalles de la investigación abierta por la Ertzaintza respecto a seis posibles casos de naturaleza criminal sucedidos en los últimos meses en Bilbao ha generado preocupación y alarma en la opinión pública. Según detalló ayer el vicelehendakari y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, la Ertzaintza indaga el presunto homicidio de un hombre sobre el que dispone de una prueba "toxicológicamente acreditada", dos casos de presuntos homicidios en grado de tentativa -es decir, que el autor no consiguió consumar el crimen-, más tres fallecimientos que fueron certificados como muertes naturales y que se encuentran en fase de investigación, pero "sin elementos probatorios de ningún tipo". Dadas las características y el supuesto modus operandi que indicarían un determinado patrón común que aún no ha sido probado -esto es, que el autor establece citas con las víctimas a través de una red social de contactos para gais a las que el autor droga posiblemente con éxtasis líquido-, la sensación de inquietud e incluso de miedo se ha dejado sentir especialmente en el colectivo homosexual. Es comprensible esta inquietud, dada la gravedad de los hechos, aunque los datos conocidos hasta el momento no permiten aún establecer claramente los sucesos objeto de investigación ni en número ni en autoría, y mucho menos la existencia de un asesino en serie, como se ha especulado. Por contra, ningún extremo es tampoco descartable, y de hecho la policía no excluye la existencia de más casos. De ahí la necesidad de apelar a la tranquilidad y la prudencia sobre todos los aspectos objeto de investigación. La detención del, de momento, principal sospechoso tras su entrega ante la Ertzaintza supone un paso clave de cara al esclarecimiento del caso. De momento, el juez, tras tomar declaración al joven, decidió ayer su ingreso en prisión provisional. En este punto, resulta obligado combinar la debida cautela con el máximo cuidado y la prevención. No se trata en modo alguno de demonizar la utilización de la tecnología para establecer contacto con otras personas, un sistema cada vez más utilizado. Pero, por ello mismo y como advierten los expertos, deben extremarse las precauciones porque la delincuencia ha encontrado en internet y las redes sociales un mundo aún con escasa protección y seguridad mediante el que cometer.