L covid-19 vuelve a tener un impacto extraordinario en nuestro ámbito cercano y de manera especial en Euskadi, donde día a día se baten récords de contagios e incidencia del virus de toda la pandemia. La sexta ola, en la que coinciden la expansión de las variantes delta y ómicron -esta última mucho más contagiosa y que ya es la predominante en nuestro territorio-, ha roto todas las previsiones sobre la evolución de la pandemia y sobre la expectativa de convivir con el virus tras la respuesta de la población mediante una vacunación masiva y está obligando a alterar protocolos y a tomar de nuevo medidas drásticas y restricciones en todo el mundo, fundamentalmente en Europa. En Euskadi la situación es preocupante por el elevado número de contagios diarios con una tendencia aún al alza y la amenaza que la prolongación de este escenario, máxime en plenas fiestas navideñas, pueda suponer para el sistema sanitario. Las últimas decisiones adoptadas por el LABI, con nuevas y dolorosas restricciones que entran hoy en vigor, y por el departamento de Salud respecto al seguimiento de la evolución y los rastreos de personas positivas por covid-19 priorizando a los colectivos vulnerables van en la línea de proteger tanto la salud pública como el sistema sanitario. El escenario actual era previsible desde hace tiempo. Pese a ello y a los reiterados llamamientos del propio lehendakari, el Gobierno español ha preferido la inacción y ni en los consejos interterritoriales ni en la Conferencia de Presidentes, a la que Iñigo Urkullu acudió con propuestas concretas, pudieron tomarse medidas conjuntas y con garantías jurídicas extendidas a todo el Estado más allá del uso obligatorio de la mascarilla en espacios abiertos. Por ello, han tenido que ser los representantes de las comunidades autónomas limítrofes (la CAV, Nafarroa, La Rioja, Asturias, Cantabria y Aragón) quienes hayan asumido la responsabilidad de buscar el consenso y la efectividad necesaria mediante la adopción de medidas similares y acordes a la situación como las anunciadas ayer por el lehendakari, que en el caso de Euskadi cuentan con el amparo de la Ley vasca Antipandemia. Restricciones comunes que, dado el actual y previsible escenario a corto plazo de la pandemia, parecen adecuadas, proporcionadas y necesarias para frenar y revertir la peligrosa tendencia del virus.