Apunto de cerrar el periodo estival, Euskadi afronta el tradicional inicio del curso político de esta XI legislatura con dos retos marcados en la agenda: la aprobación de los presupuestos para 2020 y la interlocución con Madrid, pendiente de una segunda investidura de Sánchez o de la convocatoria de unas nuevas elecciones generales. Un panorama que, en el horizonte inmediato, el lehendakari Urkullu quiso situar como prioridad la aprobación de los presupuestos vascos, ya prorrogados, claves para la creación de empleo y el crecimiento económico. Una negociación abierta a todos los grupos pero orillando la cuestión fiscal, demandada por el PP, en la fase negociadora, si bien, el jefe del Ejecutivo vasco restó trascendencia una nueva prórroga presupuestaria apostando por agotar el mandato que le otorgaron las urnas en las últimas elecciones de 2016 y cumplir su programa de gobierno. Lakua apuesta por una estabilidad en el seno de la CAV en un contexto que contrasta, si atendemos al escenario abierto en Madrid tras la última investidura fallida y la ausencia de movimientos durante el verano, para que cristalice la gobernabilidad. De que Pedro Sánchez continúe capitaneando el Ejecutivo español dependen muchos compromisos como el traspaso de competencias en cumplimiento del Estatuto de Gernika o la consecución de los plazos establecidos para la ejecución de TAV. Para el próximo 20 de septiembre, fecha del pleno de Política General en el Parlamento Vasco, se espera que esté ya despejado el grueso de las incógnitas tras un verano sin movimientos en las negociaciones para la constitución del Ejecutivo o la celebración de unas nuevas elecciones generales el 10 de noviembre, las cuartas en cuatro años. El primer Consejo de Gobierno del curso político en su tradicional reunión del Palacio Miramar no obvió esta falta de certezas en sus referencias al Estado con el llamamiento de Urkullu a la responsabilidad e incluso planteando otras posibilidades que no pasen por la coalición con Unidas Podemos o por la abstención de los partidos de derecha. Con todo, si ninguna de las dos claves alcanzan una respuesta con éxito, tanto la conformación de un Gobierno en España como la luz verde a las cuentas vascas, asuntos ambos claves para la estabilidad, podría dibujar otro ciclo electoral en el espacio de unos pocos meses.