TRAS once días en los que miles de personas han recorrido más de 2.500 kilómetros por los pueblos y ciudades de toda Euskal Herria, Korrika, la multitudinaria carrera popular en favor del euskera, cerró ayer en Gasteiz una 21ª edición caracterizada por la alta participación, la cada vez mayor pluralidad de la adhesión en favor de la lengua vasca y la globalidad que ha alcanzado. No en vano, este año, además de su recorrido desde Gares hasta Gasteiz, Korrika ha estado presente en 28 ciudades de todo el mundo a través de las actividades organizadas por el Instituto Etxepare. El lema elegido para esta edición, Klika, ha sido una invitación a hacer clic, a adoptar una decisión, un compromiso, a elegir el euskera, aprenderlo y usarlo. Tal y como expresó ayer al término de Korrika la vigente campeona de Euskadi de bertsolaris Maialen Lujanbio, autora del mensaje que escondía el testigo que ha sido portado por miles de personas desde Gares a Gasteiz, el euskera “debe estar en el sistema operativo de nuestro pueblo”. Se trata, en efecto, de que cada uno instale el euskera en su funcionamiento diario, en virtud de sus posibilidades, como única manera de garantizar la pervivencia futura de la lengua vasca. Korrika, al igual que otras movilizaciones también multitudinarias en favor del euskera, así como la clara apuesta de la ciudadanía por los modelos educativos, la cultura y la euskaldunización de las administraciones públicas, demuestra un consenso incuestionable por la utilización de la lengua vasca en el día a día y en todos los ámbitos. Falta, como señalaron tanto Lujanbio como la coordinadora de AEK-organizadora de Korrika-, Mertxe Mujika, llevar esa reivindicación a hacer Klika en todos y cada uno de los entornos que forman parte de nuestra vida. Para esta labor, es imprescindible, además del compromiso del conjunto de la ciudadanía y la actitud positiva de las instituciones favoreciendo una política lingüística efectiva y atractiva, que el euskera siga siendo patrimonio de todos y, en consecuencia, quede fuera de cualquier intento de politización y de utilización partidista, tentación que, por desgracia, se ha podido percibir en los últimos días desde algunos partidos, como el PP y Ciudadanos. Es la manera de conseguir el objetivo lanzado ayer por Mertxe Mujika de “convertir el euskera en universal”.