EL deseo, la intención y la realidad se fundieron en un resultado que vuelve a situar al Athletic muy cerca del lugar que persigue. Podría decirse que ganar era obligatorio para continuar alimentando la expectativa de viajar por Europa el año que viene, y ganó. A su estilo claro, expresión que sencillamente quiere decir complicándose la vida. Mereció un marcador holgado en lo que fue la enésima demostración de la diversidad de velocidades con que se circula por la máxima categoría. Sin embargo, fue incapaz de despegarse de un rival muy vulgar, con la incertidumbre que ello genera, especialmente si encima se atraviesa por alguna fase de juego anodina según avanza el cronómetro, y la cosa es que terminó pidiendo la hora. Lo suyo hubiera sido que el Elche aceptase firmar su rendición camino de los vestuarios en el descanso, pero aún fue necesario bregar mucho para eludir un disgusto como el de la jornada previa con el Getafe, que dio una sensación de flojera muy similar a la del visitante de ayer domingo.

Las mejores imágenes del Athletic - Elche. Fotos: Pablo ViñasCuando se alude a los problemas del Athletic de Marcelino no se hace gratuitamente: son evidentes y repetitivos. Las dos últimas jornadas son solo un par de ejemplos prácticos de la formidable importancia que entraña el gol; de cuánto desluce el rendimiento la ausencia del mismo, que viene a ser otra manera de señalar un defecto ante el que no cabe resignarse, aunque a menudo da la sensación de que esa es la postura que se adopta. Se ha pasado de realizar vaticinios de lo que supondría la retirada de Aduriz, que ya se produjo y mira que ha llovido desde entonces, a continuar lamentando a fecha de hoy que no haya salido un depredador de área que sea equiparable. Mientras, el equipo va enlazando campañas presididas por el quiero y no puedo, ajeno al reparto de premios, anclado en unas estadísticas objetivamente insuficientes en el apartado de goles a favor, pero sin proponer algo distinto.Quienes no detectan el inmovilismo en la forma de concebir el fútbol del equipo, se consuelan fácil señalando con el dedo a Iñaki Williams, un partido más peleado con el acierto en los metros decisivos. Es cierto que el hombre malgastó ayer no menos de cuatro servicios ideales para empaquetar al Elche y mandarlo para su casa por la vía rápida, pero quedarse con eso y no ir más allá en el análisis, supone continuar haciendo oposiciones al aprobado justo y raspado.Frente a un adversario al que le pitaron dos faltas en el primer acto y exhibió una formidable impotencia para frenar el empuje rojiblanco, sobresalió la figura de Sancet. Un bailarín que interpreta con absoluta delicadeza cada paso en el fragor de la batalla, no le descentra cuanto ocurre a su alrededor y le basta con un control orientado para alterar de raíz el panorama. No fue el único entonado, pues en general el colectivo funcionó y desde luego lo bordó en el trabajo sin balón, básico para ahogar al Elche y plantear ese ritmo que, por insistencia, se convierte en monólogo. Recuperación rápida y de nuevo a la carga. También se ha de mencionar la aportación de Vencedor, diligente y lúcido en la distribución, bastante más que en días anteriores.Así como faltó inspiración o pericia para culminar, es digno de elogio el modo en que el grupo impidió hasta el intermedio que el Elche pudiese siquiera tomar aire. No estaba el triángulo sobre el que se suele apoyar la propuesta de Marcelino (Yeray, Iñigo Martínez y Dani García) y no se les añoró, al menos los que les suplieron completaron con eficacia sus tareas. Una buena noticia que no empañaron despistes sueltos, al igual que el hecho de que Yuri añadiese otra muesca a su balance ofensivo con un nuevo servicio de gol.Imposible no dedicar un punto y aparte a Villalibre, que alguna vez tenía que escapar del influjo de las sombras que le persiguen con saña. Solo él sabrá el significado de estrenarse en el mes de abril, aunque le queda la satisfacción de haber protagonizado una acción de ariete genuino. En la zona del campo donde se cobran los trofeos: combinación, desmarque, potencia, pausa y resolución. Todo con el acelerador pisado a fondo. Todavía dispuso de una décima de segundo para buscar un amigo mejor ubicado al que ceder la pelota, levantó la cabeza, no lo había, era su momento y culminó. Sin duda que las lesiones le han hecho polvo, pero no sería el único factor a considerar en la trayectoria de alguien que ayer domingo nos recordó que conoce su oficio.

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AthleticMarcelino la formidable importancia que entraña el golcuánto desluce el rendimiento la ausencia del mismo supondría la retirada de Aduriz, que ya se produjo y mira que ha llovido desde entonces el equipo va enlazando campañas presididas por el quiero y no puedo

Iñaki Williams, un partido más peleado con el acierto en los metros decisivos.

sobresalió la figura de Sancet.Un bailarín que interpreta con absoluta delicadeza cada paso en el fragor de la batallamencionar la aportación de Vencedor, diligente y lúcido en la distribución, bastante más que en días anteriores.

es digno de elogio el modo en que el grupo impidió hasta el intermedio que el Elche pudiese siquiera tomar aire. Yuri añadiese otra muesca a su balance ofensivo con un nuevo servicio de gol.

Imposible no dedicar un punto y aparte a Villalibrele queda la satisfacción de haber protagonizado una acción de ariete genuino. nos recordó que conoce su oficio.