AL valenciano Mateu Lahoz se le reclamaron varias faltas, la mayor parte sin razón, pero creo que se pasó con las tarjetas. Un árbitro que presume de dejar jugar virilmente, permitiendo el contacto entre los rivales, recurrió de forma exagerada a las amonestaciones. También es verdad que algunos jugadores confundieron lo que es hablar en la protesta, con lo que supone una falta de respeto cuando no se está conforme con la decisión del colegiado. Raúl García y Mikel Vesga, por ejemplo, fueron de los segundos. Por lo demás, Mateu controló el partido en todo momento y acertó en las jugadas decisivas. No estuvo tan fino en la colocación y con su condición física, porque en algunos momentos del encuentro siguió las jugadas desde lejos y de espaldas al balón. En el minuto 26, Yeray derriba de forma clara a Aleix Vidal dentro del área, por lo que el penalti es claro. Acertó. También en dar por bueno el segundo tanto del Alavés, porque no está en fuera Ely.