Primer aviso de Vingegaard. El danés ya es líder de la Vuelta. Era el máximo favorito en la salida de Turín y en la segunda etapa ha demostrado que viene con todo. El danés se ha mostrado muy ambicioso en un final ideal para Ciccone, al que ha sido capaz de remontar en el último golpe de riñón. Eso habla muy bien de las ganas que tiene Vingegaard. Tal vez en otra tesitura no hubiese disputado la victoria hasta el final, pero tengo la impresión de que estamos ante el mismo corredor que intentó, aunque no pudo, derrotar a Pogacar en el Tour. Sin el esloveno en carrera, él es el más fuerte. Lo ha demostrado con un gran remate en una etapa que no era la más idónea para él, pero ha ganado aceleración últimamente. Solo así se puede derrotar a un ciclista como Ciccone, que se maneja muy bien en esta clase de llegadas. El italiano ha tenido la victoria en la mano, pero creo que se ha quedado vacío justo en el momento en el que Vingegaard se ha lanzado con todo. Llevaba tiempo sin ganar y no ha dejado pasar la oportunidad. La subida, cómoda, en la que se iba acelerando cada vez más, la ha gestionado muy bien Vingegaard, sobre todo cuando ha elegido la rueda de Ciccone. En el mano a mano ha podido con él y es el líder. Se ha llevado unos segundos por las bonificaciones. No es un tiempo vital, pero siempre es mejor tenerlo a favor que en contra. Más si cabe en un día en el que lo mismo se podía haber ido para casa por la caída. Nunca se sabe que puede pasar cuando surge la lluvia, que era el único elemento que ha alterado un etapa que estaba cantada en su resolución. Las etapas de un solo puerto al final no me estimulan porque no hay espacio para la táctica. Se trataba de subir rápido y esprintar. Me ha desconcertado un poco la forma de subir de los UAE, un tanto desperdigados. Landa ha estado con los mejores y eso es bueno.
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