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Jai Alai

Quemados

No sería justo culpar de los incendios a las autoridades; lavarnos las manos y buscar a quién linchar. Pero hay que admitir que no lo ponen fácil para empatizar con ellos. En primer lugar, porque es complicado empatizar con quien no prolonga su empatía más que lo que se tarda en hacer una foto. Lanzarse culpas entre ellos tampoco genera simpatía. Si ni siquiera hay bocadillos decentes para los bomberos, sería oportuno que les moviera la prudencia de no exhibirse con ellos. A los miles de desplazados y damnificados les está quemando más la actitud de verse utilizados como arma arrojadiza que las llamas.