Jai alai
Ver para no creer
En el bar de mi café matutino se aseguraba que el atentado contra Trump estaba planeado por los servicios secretos de EE.UU.: ¿un tirador en un tejado en un espacio despejado sin que nadie lo detecte? ¡Imposible! En la cafetería de la dosis de después de comer, la tesis era que todo era obra del propio Trump, que lo ha preparado para impulsar su campaña: la inverosímil trayectoria de la bala, la impecable foto puño en alto, el tirador muerto (y ya mudo)... Los bulos han corrido por las redes, pero las teorías conspiranoicas ya nos salen de corrillo. No nos creemos ni lo que vemos.