Sensibilidad, compasión de las desgracias de otras personas. humanitarismo, piedad, misericordia, benevolencia, caridad, bondad, sensibilidad, amor, altruismo, afabilidad. Si todas estas palabras resumen lo que es la humanidad, ciertamente a veces me da vergüenza la condición humana. El Partido Popular plantea hacer uso de las fuerzas armadas para combatir la migración que llega a Canarias huyendo de una vida peor y en busca del sueño europeo, que no es otro que vivir en condiciones dignas. Y, de paso, intentar ser feliz. En concreto, el titular que deja esta semana el portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, es el siguiente: “El PP plantea el uso de las Fuerzas Armadas para evitar la llegada de inmigrantes ilegales”. Inmigrantes ilegales. Ahí está el quid de la cuestión y el señalamiento. La idea, que no es nueva porque ya la planteó en 2021 el defenestrado presidente popular Pablo Casado, se presenta con la bondad de evitar que las personas arribadas a las islas afortunadas no sean utilizadas por las mafias. Pero, en realidad, solo refuerza el discurso más ultraderechista en contra de la migración. Personas a cientos que solo son un número. Seríamos irresponsables al afirmar que el fenómeno de la migración (yo no hablaré jamás de ilegal) puede ser absorbido sin ton ni son. No, no se puede. Pero con la misma celeridad con la que se habla de su control, se echa en falta una disposición a la ayuda. Como si lo único que se pudiera hacer es devolver a su país de origen a quienes se la juegan en el Atlántico. Y eso es precisamente lo que me avergüenza de la condición humana, que la riqueza y el bienestar arrample con la solidaridad y la empatía. Somos una sociedad que lamenta las violaciones que ve a través de la televisión a mujeres en África, pero que no mira a la negra que está en la puerta del supermercado de nuestra calle. Deshumanidad en su máxima expresión.