Estimada Ali. Hoy, en este día en el que evidenciamos una lucha contra la violencia que se ejerce hacia las mujeres, te escribo a ti. En primera persona aunque manteniendo tu anonimato con un nombre ficticio para no añadir más desazón a tu realidad. Quiero, en primer lugar, agradecerte la confianza que depositaste en mí al contarme cómo tu bolso esconde un teléfono al que puedes recurrir en caso de que tu ex pareja incumpla la orden de alejamiento para tu protección. Cómo fue ese proceso de descubrir el monstruo con el convivías que no te dio un bofetón, pero si utilizó hasta donde pudo a tu hijo e hija para hacerte daño. Cómo me das una lección de vida cada vez que nos vemos, donde siempre me ratifico en que eres una mujer valiente que decidió salir de su pozo pese a todo y contra todo por el bien de tus pekes. Y cómo lo vas logrando. Gracias por compartir todo eso y más. Para lograr hacer efectiva la lucha contra la lacra de la violencia machista debemos hacernos responsables todos y todas. Dejaros solas con vuestra carga es una injusticia inmerecida a consecuencia de una violencia que a día de hoy únicamente justifican los pensamientos cobardes. Aquellos que todavía sostienen que se trata de una cuestión doméstica de arreglo interno para no reconocer la podredumbre sobre la que está construida una parte de nuestra sociedad. Hoy, 25 de noviembre de 2023, un total de 5.616 mujeres -2.738 en Bizkaia- reciben algún tipo de protección de la Ertzaintza, como una escolta, un teléfono o un servicio de contravigilancia, entre otros. En cambio, solo 93 hombres -37 en Bizkaia- llevan pulsera de localización por orden judicial controlada por la Policía Autónoma Vasca. Aplicando otra matemática, hay 5.523 maltratadores en Euskadi que viven libres mientras vosotras debéis ser protegidas. Qué injusticia. Como para dejarte sola querida Ali, a tí y al resto.