VARIOS jugadores del Arsenal han consumido óxido nitroso, el mismo “gas hilarante” que ya utilizaban hace más de dos siglos charlatanes de feria y barberos en incautos que por unos ochavos se dejaban sacar “sin dolor” muelas y golpear para alborozo del populacho; los voluntarios y pacientes se iban sin dientes y con la boca ensangrentada, pero eufóricos con alucinaciones y muertos de risa por este gas anestésico hoy devenido en droga jipi. Curioso viaje de retorno cíclico el de este modesto óxido como droga de “garrafón” para millonarios futbolistas que podrían “permitirse” sofisticadas drogas de diseño. Al parecer todo cicla en constante retorno.

Hoy hace 70 años que la ONU aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Viniendo de terribles injusticias anti-humanas aquella declaración elevaba a las/los ciudadanos a personas con iguales derechos. No es que hayan desparecido las injusticias ni se respeten los derechos de todas las personas, pero se iba mejorando paulatinamente. Y Europa ha sido el paradigma de esta mejora. Mejor dicho, lo era; porque en los últimos años los discursos y normativas discriminatorias y excluyentes de tufo ultraderechista nos están haciendo volver al gas hilarante fascista anterior a esta declaración de derechos humanos. Trump, Bolsonaro, Duterte tienen pujantes émulos en Hungría, Austria, Polonia, Francia, Italia, Alemania, Holanda? Y ahora también aquí, donde parecíamos inmunizados tras cuarenta años de patología fascista; pero el virus no había desaparecido, tan sólo estaba en reservorio activo; y nosotros sin vacunas contra la infección, porque la población, harta de la corrupción política, se muestra más preocupada por la presunta amenaza a la unidad patria y por la inmigración e inseguridad presentadas como pareja insoportable que por su propia libertad.

Preocupante es su retórica política de banderas y vivas a la patria, pero mucho más inquietantes son sus planteamientos contra derechos humanos. Si eres mujer, sentirás en el cogote la amenaza de reducirnos al claustro de lo privado, la impunidad ante la violencia machista y la mengua de derechos básicos; porque prohibir el aborto nos llevaría de nuevo a los viajes quirúrgicos: ricas a Londres, pobres al curandero; y siendo homosexual o lesbiana, volverá el camino-calvario de vejación por su condición sexual.

Su otro mantra contra derechos humanos elementales es la inmigración como mal en sí mismo. Xenofobia, muros y expulsiones inmediatas; les achacan falazmente en exclusiva la criminalidad, les niegan el derecho al asilo y a la sanidad. Les crispan 500 millones de RGI en Euskadi, que es para quien la necesitan, no solo inmigrantes; pero no hablan de los 90.000 millones de pérdidas por corrupción (8% del PIB). Comparado con ella, el gasto en RGI es como para Bárcenas/Rato&boys comprar una bolsa de pipas.

Que gobiernen los sabios, los filósofos; mientras ellos gobiernen habrá justicia, enseñaba Platón. En estos tiempos mucho más maquiavélicos que los platónicos, no sé si faltan sabios o escasean los filósofos, pero está claro que con la irrupción de la derechonafascistoide flojearán los derechos de la ciudadanía; yo solo he mentado los de mujeres e inmigrantes, para los demás échenle hilo a la cometa o inhalen óxido nitroso.