pedro Erquicia se ha llevado al más allá muchos secretos políticos, de cuando la televisión hacía historia y no solo actualidad. El donostiarra creó productos inolvidables, uno de los cuales, La noche temática, es hoy el mejor espacio de reportajes y al que TVE incrusta en la madrugada de los sábados para sibaritas insomnes. ¿Quién dijo que el periodismo de calidad había fallecido? Xabier Lapitz negó esta fatalidad el jueves en su debate En Jake, en ETB2. Fruto de las indagaciones de su equipo y de muchas horas de vídeo, demostró que uno de los jóvenes de Altsasu, juzgado con otros siete en la Audiencia Nacional por terrorismo, es inocente. Las imágenes de un partido de pelota son suficientes para desmontar la acusación y señalar el perjurio del teniente de la Guardia Civil, que aseguró haberle visto en el Koxka. El programa se ha volcado con este hiperbólico proceso, juicio final de una época de la que España no se siente redimida ni en relato ni justicia y con el que aspira a sacarse la espina en forma de un descomunal escarmiento retardado. Se espera mucho de ETB para la narración del fin de ETA en dos semanas. Sin otorgar épica a una historia trágica y con solemnidad menor, habrá que estar a la altura del acontecimiento ofreciendo testimonio suficiente y un relato de honor y dolor. Como un entierro. Se da sepultura a la peor calamidad de Euskadi. El difunto llevaba en la nevera del tanatorio más de siete años. Que no haya flores, pero sí dignidad y últimas palabras de pesar. Y se acabó. En otro juicio final, el sábado se enfrentaron España y Catalunya a banderazo limpio, sonoramente. Ganaron por poco los pitos frente al chunta chunta. Obstinada en prohibir los síntomas -las protestas simbólicas- por no curar la enfermedad -la democracia constreñida-, La 1 evitó los planos cortos de esteladas y mensajes solidarios con los presos políticos, pensando en la audiencia internacional. Sin la presencia de los legítimos líderes catalanes, la soledad del rey Borbón fue la imagen de la noche. Catalunya, triomfant.