PREGUNTADO Keylor Navas por la estridente rumorología que sitúa a Kepa Arrizabalaga en el Real Madrid ya mismo, en el próximo mercado de invierno, el portero costarricense respondió: eso está en manos de Dios.
Minutos antes de iniciar los partidos, Keylor Navas hinca sus rodillas en el césped al abrigo del larguero, alza los brazos y lanza una mirada al cielo, implorante, sin recato, componiendo una estampa de impúdico exhibicionismo. Enterado todo el mundo de su religiosa condición, Keylor deja en manos del Altísimo y sus inescrutables designios lo que tenga que suceder, y lo que ha sucedido se describe en una película reciente, filmada en su honor bajo el sugerente título de “Hombre de fe”. Huelga explicar el nudo argumental.
A Keylor Navas la vida, al parecer, le trata de maravilla y por eso, cuando le preguntan por la inminencia de una feroz competencia, qué puede decir él, con una ficha anual de 4 millones netos de euros: es Dios quien dispone, así que resignación cristiana.
¿Y que dice Arrizabalaga?
Kepa dice que no dice nada, empleando a tal fin un lenguaje tan frío que asusta. “Yo solo pienso en seguir trabajando y mirando para adelante”, afirmó impertérrito tras el partido. Sin un guiño cómplice, ni una carantoña hacia el hincha que asiste perplejo al aluvión: hasta los informativos de TVE, nada proclives a las especulaciones, dan prácticamente por hecho que el Real Madrid se lo lleva, y ya, dejando a modo de caridad (y menos da una piedra) 20 millones de euros.
Urrutia, también entrevistado en Movistar Plus, afirmó que el club “va a intentar agotar las posibilidades” para su renovación y cree que “en breve habrá una decisión definitiva”, pero sin dar más pistas sobre la buena nueva. Al menos Kepa, un témpano, refractario a la presión (otra clave de su éxito), no pregona que su ilusión es renovar por el club de sus amores a la vez va dando largas a la misma, como hacía el milonguero Fernando Llorente. Críptico, calculador, es fácil imaginar a Kepa proyectado al futuro: en un equipo que le haga rico, aunque a lo mejor eso es lo de menos, pues seguro que Urrutia también le ofrece un pastón: está la opción de competir por todos los títulos. Los grandes retos, la gloria deportiva.
El caso Arrizabalaga estalló hasta el hartazgo con la visita del Real Madrid, y llegados a este punto lo mejor es que el asunto se resuelva cuanto antes, para bien o para mal, pues mucho me temo que el Señor y sus inescrutables designios están en otros menesteres. Al fin y al cabo la portería del Athletic es la demarcación que mejor está resuelta, y en ella tan solo puede jugar uno: Herrerín quizá no sea tan brillante, pero es eficaz. Remiro está que se sale en el Huesca, sorprendente líder de Segunda; y Unai Simón, el meta del filial, es el titular de la selección sub’21 tomando el testigo de Kepa.
Lo que sí me preocupa, supongo que como a todo el mundo, es la falta de gol, fundamento de este apasionante deporte. Aduriz ya tiene una edad. Raúl García las mete, pero no es su especialidad, y Williams solo lleva tres en la liga, uno más que Cristiano Ronaldo, quién lo iba a decir, pero tampoco parece un sólido especialista. El panorama es inquietante: no se atisba nada ni a corto ni a medio plazo en la delantera. Villalibre, la gran promesa, está cedido en el Valladolid, pero ni juega ni marca, y por algo será. De Llorente, que apenas tiene minutos en el Tottenham, ni pensar, ¿no? Pero ¿qué me dicen de Igor Angulo, que lleva la friolera de 19 goles en 18 partidos con el Gornik, líder de la liga polaca? Es cierto, es la liga polaca, pero al menos para un rato, y no será por dinero. Intuyo que rendiría algo más que Kike Sola.
Con un poquito de puntería, el Athletic habría ganado al Real Madrid, pero también pudo suceder la inversa. El partido sirvió para ilustrar cuan extraño puede ser el fútbol, o como el Athletic es capaz de caer eliminado a doble partido por un modesto equipo de Segunda B y tres días después casi derrota al mismísimo campeón de Europa. El resultado alivió al aficionado y dio una interesante tregua a Ziganda. Quizá a partir de ahora...