YO no tengo dudas. El choque ante la Real en Anoeta es el más completo de los leones fuera de casa. Es cierto que esta temporada tampoco tenemos muchas referencias, pero ante los de Eusebio el equipo estuvo muchos minutos dominando y, por supuesto, ganando el choque. No tiro de resultadismo, para nada. Por fin vimos un Athletic enchufado desde el minuto uno hasta el noventa. Creyó en sus posibilidades y aplicó el guion fiel a lo planteado en la caseta.

Valverde le ganó la partida al técnico local leyendo muy bien por dónde debía desactivar la creación de los donostiarras. No es menos cierto que esta vez si contó con la ayuda de sus pupilos, que supieron cerrar todas las estrategias de juego del rival y en ataque estuvieron certeros.

Era un día importante. El calendario va tachando fechas y un mal resultado hubiese dejado en un mal lugar clasificatorio a los rojiblancos. Es por esto que hay que alabar aún más lo conseguido. Había presión y de la buena. Un derbi quizá no sea el mejor escenario para romper dinámicas pero esta temporada puede ser el bálsamo que necesitaba el equipo.

Valverde arriesgó desde la portería colocando a Kepa. El guardameta de Ondarroa llevaba dos meses en el dique seco, pero, por lo apreciado, quien lo diría. Estuvo muy bien y fue para los suyos un referente en lo que a seguridad se refiere. Este chico está tocado por los astros y puede marcar una época.

La victoria ante la Real estuvo cimentada en el trabajo de un futbolista que no deja de maravillar. Puede marcar goles soberbios, dar asistencias inverosímiles, jugar al límite como nadie. Es Raúl García. El domingo paró a Illarramendi como pocos lo han hecho y mostró al de Mutriku cómo es esto del máximo nivel y la competición. Es una referencia total y cuando el resto le acompañan, otro gallo canta. Un crack.

Cierro la columna con Williams. Lo dije, lo digo y lo diré. Iñaki es muy bueno y lo demuestra siempre que puede, pero con espacios. Este jugador cambia el signo de un partido rompiendo por banda y con espacios.